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Huntertones en Valencia
Dosis de irreverencia jazz para Huntertones

Dosis de irreverencia jazz para Huntertones

La formación de Brooklyn macera jazz, funk, beatboxing, r’n’b, soul o rock en una única receta. Pasarán por el Loco Club de Valencia el domingo 9 de abril.

alquimia sonora / amalia yusta

Miércoles, 5 de abril 2017, 15:47

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La brass band de Nueva York debuta en nuestro país con dos trabajos en su curriculum, el homónimo Huntertones y el directo de Live. Aire fresco para coquetear con distintos estilos musicales sin casarse con ninguno y poder vagar del jazz al soul pasando por el hip-hop. Huntertones son un sexteto flexible que cuenta con otros músicos si tiene que reforzar los metales, la percusión o las cuerdas en directo. Se estrenan en la Península estos días con 5 fechas y una cita final en el Loco Club de Valencia el próximo domingo 9 de abril (21.30h). Las entradas pueden adquirirse físicamente en Cretin (C/ Quart, 41) o a través de la propia página del Loco Club a un precio de 10 ¤. En taquilla las encontraréis ya a 15 ¤.

Dan White (saxo), Jon Lampley (trompeta / sousafón), Adam DeAscentis (bajo), John Hubbell (batería), Josh Hill (guitarra) y Chris Ott (trombón) son los músicos que tomarán tierra con el colectivo Huntertones. Un proyecto que se nutre de la colaboración constante entre músicos como Tim Basom, Justin Stanton o John Suntken. Músicos que han trabajado con Ed Sheeran, Snarky Puppy, Red Baraat, Ricky Martin, Un sexteto que se descubre como nada tradicional cuando comenzamos a introducirnos en su música. Desde esa magia que se genera entre el beatbox de Chris Ott y el sousafón de Jon Lampley en cortes como Hip Mr. Hampton.

De sonido fresco y sin la grandilocuencia a la que en ocasiones llevan géneros como el jazz. Los 9 cortes de Live son el mejor ejemplo a la hora de adentrarse en su propuesta musical. Una brass band en constante evolución y que deja diálogos sonoros sobre el escenario como el que emprenden en Anvil, la composición que abre su último trabajo. Siempre situados del lado del rnb como con los compases de teclado en Camptown Races tan característicos y con un sentido del humor escénico que nos deja pasajes como ese canción infantil que se cuela también en este mismo corte o ese final festivo que es Looking back, a ritmo de blues.

Consiguen transformar temas de esencia compositiva pop a base de latigazos clásicos, pero dejando hueco a esa improvisación de la que también se nutren sobre el escenario. Juegos musicales con los que van retándose y alargando esas mismas composiciones. La letanía del jazz hablando por el saxo de Dan White en Sweatin, por ejemplo. Enérgicos y acelerados pero también encontrando joyas como Heart of gold Two step, a medio tiempo y con la sobriedad más elegante del jazz contemporáneo. La oportunidad perfecta para desentumecer los músculos tras tanta rigidez indie y compartir esa catarsis que las brass band siempre consiguen generar sobre el escenario.

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