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El director Emilio Martínez-Lázaro, ayer en Valencia. juanjo monzó
«Es mentira que el mejor cine se haga ahora en las series»

«Es mentira que el mejor cine se haga ahora en las series»

Emilio Martínez-Lázaro | Director ·

El realizador, que estrena en Valencia 'Miamor perdido', no cierra la puerta a otra secuela de 'Ocho apellidos vascos' «siempre que haya una buena historia detrás»

NOELIA CAMACHO

VALENCIA.

Miércoles, 5 de diciembre 2018, 00:47

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Primero fueron los vascos, después, los catalanes y, aunque ahora no hay apellidos, en la última cinta del director Emilio Martínez-Lázaro les ha tocado a los valencianos. El realizador, que también tiene en su filmografía cintas como 'Amo tu cama rica', 'Los peores años de nuestra vida' o 'Las trece rosas', visitó ayer el festival de Antonio Ferrandis de Paterna para presentar 'Miamor perdido'. La película, que sigue la estela de comedia romántica con tintes costumbristas y un buen puñado de tópicos -esta vez sobre la lengua de la Comunitat, Ximo Bayo y el agua de Valencia-, vuelve a contar con el actor Dani Rovira. A él se suma Michelle Jenner y un gato, de nombre 'Miamor', que sólo atiende si le hablan en valenciano.

-Parece que el cine de Emilio Martínez-Lázaro hace más por la diversidad de España que cualquier partido político...

-Me encanta que eso sea así sobre todo porque esta película es muy diferente a las otras dos anteriores ('Ocho apellidos vascos' y 'Ocho apellidos catalanes').

-Impacta ver a un malagueño como Dani Rovira hablando en valenciano...

-Eso fue una broma de mis guionistas.

-Pero en esta cinta hay mucho de esos filmes que triunfaron tanto en la cartelera.

-No. Sólo el humor. Esta es una comedia sobria. Esta historia salió sola. Yo sólo puse la primera semilla, pensando en hacer una película inspirada en lo que le había pasado a Dani con todo el tema de la fama repentina y el agobio con la prensa. Pero luego esto en la cinta no tiene ninguna fuerza. Al final, es una historia de amor que los propios protagonistas boicotean.

-Se podría decir que usted tiene la fórmula del éxito en la gran pantalla. ¿Aún hay miedo a la hora de estrenar una película?

-No hay ninguna receta. Hay miedo y la sensatez de que soy un director muy mayor. ¿A qué me enfrento ahora? En unos años, estaré muerto, así que qué importa si un proyecto tiene éxito (ríe). Es imposible repetir lo que ocurrió con las otras.

-¿La sombra de 'Ocho apellidos... es alargada?

-Después de esas películas, me ofrecieron cientos de guiones y todos consistían en una comedia de costumbres familiares. ¿Quién me ha visto cara de que me interesen esos problemas? No voy a repetir las anteriores películas. Sin embargo, en Telecinco me siguen ofreciendo una tercera parte y yo siempre digo que me den un buen argumento, una buena historia detrás.

-Entonces, ¿no cierra la puerta a otra secuela?

-No. Estamos buscando entre todos una trama equivalente a las anteriores. Lo que sucede es que no hay más nacionalismos. No podemos coger a los cuatro personajes y meterlos en una comedia tonta.

-Puede que sea el director español que más espectadores haya llevado a los cines en los últimos años aunque se le resisten los premios...

-Yo de nominaciones no he sabido nada y menos de galardones. Han reconocido a los actores pero a mí no. Las comedias no se premian. Pero eso no lo vamos a arreglar.

-¿El mejor cine se hace ahora en las series de televisión y en las plataformas en 'streaming'?

-Es una mentira podrida. Rotundamente no. Para nada. La mayoría de las cosas que estrena Netflix son muy malas. Las series son melodramas espantosos, trufados de narcotraficantes. No quiero ver ni a un narco ya en una pantalla. Pero es cierto que por su volumen también estrenan productos novedosos y abren un camino.

-¿Al cine español le faltan espectadores? Cintas como 'El reino' o 'Quién te cantará', que cuentan con el beneplácito de la crítica, no llenan salas...

-Hay sólo una minoría de películas que le gustan al público, otra minoría de cintas muy buenas que no tiene el respaldo de los espectadores y una multitud que ni gustan ni son buenas.

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