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Aspecto de la talla antes (izq.) y tras la restauración (dcha.). LP
La última chapuza artística en Valencia

La última chapuza artística en Valencia

El responsable de Patrimonio de la parroquia denuncia daños en la intervención de una talla creada en 1944 por Enrique Galarza

Laura Garcés

Valencia

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Lunes, 3 de agosto 2020

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Valencia ha vuelto a encontrarse con una chapuza sobre una pieza de su patrimonio artístico. Un nuevo caso similar al del popular Ecce Homo de Borja se ha descubierto en la iglesia de Santa María del Mar. Tras la intervención sobre la talla de la Virgen del Rosario, la imagen ha quedado destrozada, como denunció a LAS PROVINCIAS José Vicente Cifre Fornas, catedrático de Dibujo y responsable del patrimonio de la parroquia de Santa María del Mar, templo ligado a la Semana Santa Marinera de la capital del Turia.

Los daños más significativos, según el criterio de Cifre, se observan, sobre todo, en los querubines de la base de la talla, que tenían «aspecto alabastrino y ahora son blancos». A ello añade el aspecto «monocromo que se ha dado a las telas, como también a las encarnaduras tanto de la Virgen como del Niño».

El especialista asegura que el resultado de la intervención, cuya autoría desconoce, es «un destrozo». El aspecto que ahora ofrece la talla, obra de Enrique Galarza Moreno realizada en 1944, es a su juicio algo «lamentable que no contribuye al sostenimiento del patrimonio valenciano». La situación, que dio a conocer a través de las redes sociales, generó respuestas en la que se habla de «una verdadera pena», «imagen arruinada» o «chapuza».

Imagen antes de la intervención.
Imagen antes de la intervención. LP

El catedrático de Dibujo en un instituto de la ciudad y también experto en restauración asegura que la talla, «la más importante de las que se conservan en la iglesia de Santa María del Mar, necesitaba una intervención porque en alguna ocasión «no se había limpiado de forma adecuada» y la policromía se había visto afectada. En medio de este escenario, explica, desde la parroquia le ofrecieron la posibilidad de que él se encargara de la restauración. Llegaron a «traerla a mi taller», pero Cifre frenó el encargo porque «estaba pendiente de un cobro anterior y cuando ya me pagaron no podía porque estaba trabajando con el belén de la parroquia».

Pero el proceso para la intervención siguió adelante por parte de alguien que Cifre, pese a explicar que es el «responsable del patrimonio de Santa María del Mar, nombrado por el párroco» desconoce de quién se trata puesto que no le informaron de «nada» en relación a la restauración. Lo que sí afirma es que «hay mucho aficionado que se dedica a pintar, pero la restauración es otra cosa». Estas observaciones le llevan a concluir que a la vista del resultado «estamos ante otro Ecce Homo de Borja en Valencia».

Ante la situación observada, Cifre explicó a LASPROVINCIAS que ha contactado con la Asociación de Conservadores y Restauradores de España (ACRE) para poner en su conocimiento lo ocurrido con la talla de Santa María del Mar, una pieza de «unos dos metros de alto» realizada por un artista valenciano, del Grao, que como recordó el especislista en restauración también es autor, entre otras muchas obras, de una Dolorosa en Picassent o la oración en el Huerto de Albaida.

LASPROVINCIAS intentó ayer a lo largo del día ponerse en contacto telefónico con el párroco de Santa María del Mar, pero no obtuvo respuesta a las llamadas.

El hecho que Cifre relató a LASPROVINCIAS se suma a otro acontecimiento que tuvo lugar el pasado junio en Valencia viniendo a demostrar que la fallida restauración del Ecce Homo de Borja a cargo de Cecilia Giménez, que dio la vuelta al mundo en 2012, es menos infrecuente de lo que se puede pensar.

Así, en junio un coleccionista particular de Valencia, se encontró con una sorpresa tras encargar por unos 1.200 euros a un restaurador de muebles y otras piezas como espejos la limpieza de una copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo. Al devolverle la pieza, vio que el rostro de la Purísima estaba desfigurado y, además, la imagen que ofrecía guardaba un inquietante parecido con el Ecce Homo de Borja.

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