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El escritor Javier Moro, en LAS PROVINCIAS. jesús signes
Javier Moro: «Hollywood es despiadado»

Javier Moro: «Hollywood es despiadado»

El autor revela en 'Mi pecado' la desconocida vida de la actriz española Conchita Montenegro, precursora de Penélope Cruz

MARTA BALLESTER

VALENCIA.

Sábado, 7 de julio 2018, 00:49

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Puede sonar a ficción, pero no lo es. La vida da la actriz española Conchita Montenegro parece sacada de una de sus películas. «Es digna de contar y de que se le conozca», opina el escritor Javier Moro. Por ello, en su último trabajo 'Mi pecado' desvela sus últimas confesiones antes de morir; sus años en la cima de Hollywood; sus anécdotas con Charles Chaplin o Jardiel Poncela; su bofetada a Clark Gable; o su relación amorosa con Leslie Howard. Pero sobre todo el autor incide en ella como persona que influyó en la historia de España y de la II Guerra Mundial. «Mientras muchos actores acabaron por suicidarse ella escaló a la cima», puntualiza Moro.

-¿Conchita Montenegro fue una estrella o una muñeca rota de Hollywood?

-Fue una grande. Abrió las puertas de Hollywood a Penélope Cruz. Ella fue su precursora. La que se hizo famosa en el cine inglés y llegó a ser mundialmente conocida. Conchita no tenía la imagen de una folclórica, encajaba muy bien en el estilo que puso de moda, en los años 30, Greta Garbo, que venia de las películas de cine negro norteamericano.

-¿Qué le fascinó de ella para convertila en protagonista de su novela?

-Lo que me fascina de su vida es que si yo la cuento en una novela nadie se la cree. Y ha sucedido de verdad. Conchita ha tenido una vida totalmente novelesca. Ya no sólo por la gente que conoció en Hollywood y por participar allí, sino porque su vida personal, su historia de amor se engarza con la historia del país y de la historia de la Segunda Guerra Mundial. Esto resulta siempre muy interesante para un autor porque logras mezclar la vida íntima de una persona con la Historia en mayúsculas.

-¿Ella era consciente del peso que tenía?

-Perfectamente. Tan consciente fue que le confesó todo a José Rey, un autor y amigo mío, un año antes de morir. Le dijo que Leslie Howard, una de las estrellas más célebres de la época vino a España en el año 43, no para verle a ella, sino porque tenía una misión secreta con Churchill en la que ella ayudó. Le confesó la tremenda culpabilidad que sentía por la muerte de Howard y muchas otras cosas que yo reproduzco en este libro, que reconozco que se ha escrito prácticamente solo. No he tenido que inventar nada. Es más, he descubierto detalles y anécdotas de lo más curioso. Por ejemplo que su primer marido, un brasileño, fue el que descubrió a Ginger Rogers y Fred Astaire; que los españoles eran el show de todas las fiesta hollywoodienses; o que la película 'Lo que el viento se llevó' emocionó al mismísimo Franco.

- ¿Alcanzanda la meca del cine por qué querer olvidarlo todo?

-Conchita quiso borrar todo su pasado porque se casó con un peso pesado del régimen de Franco y en aquellos tiempo si eras una cómica no estabas bien vista. Pero la ferocidad de borrar cualquier rastro de su fama en Hollywood viene de la culpabilidad que siente por la muerte de su amor, Leslie Howard. A Rey le llegó a decir: 'si yo no hubiese existido Leslie estaría vivo'. Para Conchita Hollywood fue su etapa frívola y cuando conoció a Ricardo Giménez-Arnau comenzó su vida de verdad.

-¿Hollywood ha cambiado?

-Sigue siendo igual de despiadado que en los años 30. Es muy duro con los miles de jóvenes que llegan allí cada año a cumplir sus sueños. Incluso los consagrados caen en el olvido fácilmente.

-Los acosos sexuales tampoco lo han hecho.

-El acoso sexual nació en los primeros años de Hollywood, lo de Harvey Weinstein no es nuevo. Clark Gable se pasó en una escena de un beso con Conchita, pero esta, que tenía mucho carácter, le dio una bofetada. Lejos de perder su trabajo la hizo famosa y conocida como la que le dio un tortazo a Gable.

-¿Su relación con Leslie Howard fue menos tóxica?

-Leslie no fue su gran amor, fue una aventura en la que había un muro infranqueable porque él nunca iba a divorciarse. Esta historia de amor marcó mucho la vida de Conchita y a mi como escritor, porque fue todo un reto contar la relación entre una chica muy joven y un hombre muy maduro con mujer e hijos desde el punto de vista de ella. La visión femenina nunca se ha contado porque ellas no escribían.

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