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Agustín Fernández Mallo, en un momento de la entrevista. txema rodríguez
Agustín Fernández Mallo: «Walt Disney es una mala influencia en la educación sentimental»

Agustín Fernández Mallo: «Walt Disney es una mala influencia en la educación sentimental»

«El pensamiento mágico ha ido ganando la batalla al discurso científico», asegura el autor, que presenta la novela 'El libro de todos los amores' en Valencia

Carmen Velasco

Valencia

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Martes, 22 de febrero 2022, 14:16

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El amor es banal. Y sublime. El amor es territorio. Y economía. El amor es invisible. Y tangible. Para Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967) el amor lo impregna todo y así lo refleja en 'El libro de todos los amores' (Seix Barral). El autor de 'Proyecto Nocilla' realiza un inventario de amores cotidianos en su último título, que no es una novela al uso, o bien, es una novela ensayística. La filosofía y la ficción se entrelazan en unas páginas donde una pareja sobrevive al Gran Apagón.

Agustín Fernández Mallo presenta el martes 22 de febrero en Valencia 'El libro de todos los amores', concretamente a las 19 horas en la librería Ramon Llull.

-¿Este libro surge del amor al amor, del amor al pensamiento, del amor a la necesidad? ¿De nada de eso?

-De todo eso. Del amor como algo orgánico que lo abarca todo, de lo positivo a lo negativo. Sin pulsión amorosa no podemos vivir.

-Una parte de la trama de la novela 'El libro de todos los amores' gira alrededor de un Gran Apagón. En la realidad, ¿hay amor al apocalipsis?

-Sí, lo hay. No comparto ese amor al apocalipsis porque llevan diciendo que el mundo se acaba desde hace siglos. Hablar del fin del mundo sirve para inducir miedo y el mejor método de controlar a la gente es a través del miedo. Todas las civilizaciones han ficcionado con el apocalipsis.

-¿Por qué existe ese amor al apocalipsis?

-El pensamiento occidental basado en la ciencia, es decir, en el pensamiento helénico, se ha ido retirando en beneficio del pensamiento mágico. Lamentablemente la ciencia ha dejado de ser fiable ante otros discursos. El pensamiento mágico ha ido ganando la batalla al científico y surgen pseudociencias y pseudoreligiones, a partir de ellas es muy fácil vender a la gente cualquier el fin del mundo atendiendo a criterios emocionales.

-La tendencia al pensamiento mágico sirve para explicar la infantilización actual de la sociedad?

-Sí. La infantilización de la sociedad lleva pareja una primacía de las emociones sobre los datos. Esto se ha visto, por ejemplo, con la pandemia cuando alguien dice que no siente que deba vacunarse.

-¿El pensamiento mágico ayuda a algún tipo de amor?

-Sí, a amores con los que yo no siento como el amor a lo esotérico. Un exceso de amor, de amor a todo, puede ser contraproducente.

-¿Actualmente hay exceso de amor o es deficitaria en la sociedad?.

-No me atrevo a medirlo. Tiene exceso a lo que yo llamo en la novela 'amor mascota', que consiste en atribuir a un animal características humanas que no tiene, o una especie de versión Walt Disney en el sentido de atribuirle a la naturaleza una pisque que no tiene.

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-Ha citado a Walt Disney y no me resisto a preguntarle si él ha hecho daño al amor...

-Walt Disney es de los mayores corruptores de menores del mundo. Esta frase no es mía, es de Sánchez Ferlosio y lo comparto absolutamente. Es una industria arrolladora a la hora de modelar las mentes de las personas, de niños y de adultos. ¿Qué perversión es esa de cuando alguien dice amo una planta o amo una mesa? El sentimiento amoroso no es algo aplicable a objetos inanimados ni tampoco plantas o animales, sino que es para tratar y comprender el género humano. Para mí cuando alguien dice «amo este cuadro de Van Gogh» es fruto de una mala educación sentimental. Walt Disney tiene que ver en esto, Walt Disney es una mala influencia en la educación sentimental.

-Escribe: «El capitalismo no ha hecho más que empezar». ¿A qué se refiere?

-El capitalismo tiene una perversidad en sí mismo y radica en que lo aprovecha todo, aprovecha la bonanza como aprovecha la catástrofe. Todo lo utiliza en su beneficio. Yo particularmente pienso que el capitalismo lejos de acabarse se expande, lo cual no quiere decir que sea necesariamente malo. En términos generales yo no soy anticapitalista, ni antimarxista. No soy antinada. La novela no está a favor ni en contra de nada, sino que expone dinámicas.

-La pareja protagonista de 'El libro de todos los amores' son los elegidos para la supervivencia tras el Gran Apagón. ¿Qué responsabilidad?

-(Sonríe) Sí. Yo no quiero ser el elegido para nada, ni tan siquiera para lo bueno. Da mucho miedo ser el elegido porque significa que hay alguien por encima de ti que te ha seleccionado.

-Cuenta en la novela que la primera catástrofe ecológica fue originada por bacterias. Ellas crearon el oxígeno, se adaptaron a él e incluso empezaron a depender de él. Usted propone cambiar bacteria por ciudadano y oxígeno por nación. ¿El nacionalismo identitario es una catástrofe?

-Catástrofe no lo sé, pero sí preocupante. Los nacionalismos identitarios son uno de los grandes problemas de los últimos años. La idea de que pertenezco a una patria, idea por otra parte difusa, y me identifico a esa patria en oposición a los demás eso es el 'brexit', eso Donald Trump, eso es lo que puede estar ocurriendo en Austria y en España ni lo cuento. Los nacionalismos identitarios son una regresión clarísima del pensamiento ilustrado.

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