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Imagen del grafiti de PichiAvo instalado en el claustro renacentista del Centro del Carmen.

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Imagen del grafiti de PichiAvo instalado en el claustro renacentista del Centro del Carmen. I. Marsilla

Los mil metros de grafiti en el claustro del Centro del Carmen acaban en los juzgados

El sindicato UGT denuncia el «deslucimiento, deterioro y grave menoscabo» del museo, situado en un convento del siglo XIII

Noelia Camacho

Valencia

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Jueves, 21 de febrero 2019, 12:16

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La intervención del claustro renacentista del Centro del Carmen, en el que está instalado un grafiti del dúo de artistas PichiAvo de más de mil metros cuadrados, no sólo ha suscitado la controversia y las críticas de ciertos sectores defensores del patrimonio valenciano, sino que se dirimirá ante la Justicia por haber realizado una obra en un edificio del siglo XIII catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).

El sindicato UGT interpuso ayer en el Juzgado de Instrucción número 5 de Valencia una denuncia contra el Consorcio de Museos y su responsable, José Luis Pérez Pont, quien con su actuación, según la denuncia a la que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, «ha autorizado el grave menoscabo, delucimiento y deterioro» del enclave «actuando de forma contraria a la obligación garantista que tiene encomendada»

El texto asegura que «con consentimiento del señor Pérez Pont uno de los patios interiores del museo se ha intervenido. La entidad aporta las fotografías del enorme mural que forma parte de la exposición que el colectivo de artistas ha realizado.

Según el sindicato, «el museo en cuestión ha sido rehabilitado con fondos del Ministerio de Cultura y la Unión Europea y los hechos que se denuncian no pueden tener la consideración de expresión artística o cultural, recordándonos a tristes acontecimientos como los de la rehabilitación del teatro romano de Sagunto».

Con todo ello, desde la entidad ponen de relieve que el Centro del Carmen «tiene la consideración legal de Bien de Interés Cultural y por ende de especial protección que otorgan las normas sobre protección del patrimonio».

La Justicia tiene ahora que analizar la denuncia sobre los hechos. No hay que olvidar que en los últimos días, el dúo de creadores PichiAvo -acompañados de cuatro nombres del grafiti valenciano (la TFK Crew)- estuvo realizando un inmenso tapiz que inunda las paredes del enclave. Esta obra forma parte de la exposición 'Evreka', que se inaugura mañana, y repite la fórmula utilizada el año pasado con el artista Okuda, quien también diseñó la falla municipal e instaló sus obras en el Carmen -aunque lo hizo en la sala Ferreres-.

Ante estos hechos, como adelantó ayer este periódico, desde el Círculo por la Defensa del Patrimonio también alzaron la voz y afirmaron que «no todo vale en nombre del arte actual». «Aunque se trate de una intervención temporal y obviamente reversible, un claustro con la máxima protección patrimonial, como es la catalogación de Bien de Interés Cultural, no es el lugar apropiado para hacer este tipo de intervenciones», resaltaron los responsables de esta entidad.

En este sentido, José Luis Pérez Pont, a preguntas de LAS PROVINCIAS, defendió el pasado martes que el mural se realizó «de forma controlada y vigilada». «Se han pintado las paredes del claustro como se ha hecho en otras ocasiones. Las piedras del muro y el suelo se taparon para que no se mancharan. Todo se ha hecho protegiendo las zonas», sostuvo.

Finalmente, la dirección general de Cultura y Patrimonio defendió ayer a este periódico que este departamento «conocía el proyecto que se iba a desarrollar en el claustro y dadas sus características artísticas y técnicas no necesita de autorización previa». Por ello, justificaron que, de acuerdo con el artículo 35.1 b de la Ley Patrimonio, es una intervención carente de trascendencia patrimonial». «Se ha realizado de forma controlada y con el máximo respeto. Se ha realizado sobre paredes ya pintadas y que cada cierto tiempo se repintan», afirmaron.

Asociaciones culturales y expertos en arte cargan contra la actuación en el edificio

Lamentan la falta de sensibilidad de la Administración y exigen respeto al patrimonio valenciano

Las reacciones al grafiti que cubre las paredes del claustro renacentista del antiguo Convento del Carmen no se hicieron esperar. Distintas asociaciones del ámbito cultural se mostraron desde el primer momento críticas con la decisión adoptada por la dirección del espacio. Han lamentado la falta de sensibilidad de la Administración, además de exigir respeto al patrimonio valenciano.

La primera voz que se levantó fue la del Círculo por la Defensa del Patrimonio para hacer hincapié en que un claustro que cuenta con la máxima protección, como es la de Bien de Interés Cultural (BIC), «no es el lugar apropiado para este tipo de intervenciones».

A este pronunciamiento siguió ayer el de Manuel Muñoz, presidente de la Academia de Bellas Artes de Valencia, quien reclamó «respeto» por el patrimonio valenciano. Muñoz se mostró prudente pero aseguró que el museo tiene salas para realizar este tipo de manifestaciones artísticas y no hacerlo en el claustro.

En opinión del académico, la catalogación como BIC incluye todo el edificio, hasta las paredes, pese a que se hayan pintado en más ocasiones. El responsable de la Academia apuntó que «está bien que seamos transgresores, pero hemos de compaginar ese aspecto con la necesidad de transmitir, sobre todo a las nuevas generaciones, el respeto por el patrimonio».

Tampoco a Joan Gavara, presidente de la Societat Valenciana d'Història de l'Art, le convence la decisión adoptada en el Centro del Carmen para el emblemático patio conventual. A su juicio se trata de una actuación que desde el punto de vista de la publicidad para la exposición es «estupenda». Esta observación no le apartó de lamentar la «falta de sensibilidad hacia lo que es un BIC, un edificio protegido por la ley de Patrimonio». La combinación de estos factores llevaron a Gavara a invitar a «reflexionar» en torno a la imagen que se traslada al público con el grafiti en el claustro, puesto que tal vez no sea lo que se quiere hacer llegar con una muestra que recibirá a público muy diverso.

«No veo la necesidad de recurrir a estas intervenciones». Son palabras de Gerardo Stübing, presidente del Círculo de Bellas Artes, quien aseguró no comprender la razón que ha llevado a pintar las paredes del claustro más allá del interés «por llamar la atención». Para Stübing permitir actuaciones de esta naturaleza comportan el riesgo de «incitar a que se hagan en otro sitio sin las mismas garantías».

En la misma línea se pronunció el catedrático de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València (UPV) José María Lozano. El profesor calificó la intervención en el claustro de «inoportuna e inadecuada». Lozano sostuvo que «llevar un grafiti a un museo, que además tiene consideración de BIC, es una invitación inapropiada al grafitero urbano gamberro, que con esto se ve legitimado».

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