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Ferrera y Ponce  acaban en lo más alto

Ferrera y Ponce acaban en lo más alto

Las ferias de Madrid y Zaragoza deciden la parrilla de salida de la próxima temporada

Sábado, 12 de octubre 2019, 23:38

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El final de temporada ha revitalizado unos cuantos nombres. La feria de Otoño y El Pilar tienen esa cualidad. En términos deportivos tienen mucho de prueba final para decidir la parrilla de salida en la carrera de la próxima campaña. No es que borren de un plumazo todo el cuadro de figuras establecidas pero son triunfos que cuentan y mucho. Este año de la capital han salido muy reforzados Ferrera y Perera, Extremadura al poder pese al ostracismo de Talavante, la otra figura de aquella tierra de la que nadie puede asegurar si el año que viene estará o no en activo; en Zaragoza han repicado alto Ponce que no cesa, Escribano al que le sigue tocando remar contra los toros, algunos públicos -hay que ver lo injusto que se mostró Madrid con él- y con los presidentes, en este caso con la de Zaragoza que se empeñó en negarle lo que público mayoritariamente y el reglamento le concedían aunque en este ultimo capítulo en la capital maña no es el único damnificado, también el maestro de Chiva y un reanimado Álvaro Lorenzo sufrieron el desconcertante criterio de la autoridad, tan duro por la tarde con los toreros y tan laxos por la mañana con los toros.

El triunfo de Ferrera en Madrid en tarde de único espada quedará entre los más contundentes de la temporada. Atacó desde el principio, nada de reservarse ni medir las fuerzas a la espera del toro ideal; nunca se rindió, ni cuando la espada le iba alejando de los trofeos y por ende de sustanciar su esfuerzo; encontró el secreto de la variedad para darle un quiebro rotundo a lo que es el enemigo más reconocido de estos festejos, la monotonía y sobre esa variedad asomó un Ferrera impactante. De semejante combinación de factores escribí que fue muchos toreros en uno solo: fue el vibrante, el sosegado, el poderoso, el ceremonioso, el ocurrente, el echado adelante, el maestro... sin salirse nunca de los cánones del toreo fue un derroche del mejor repertorio que incluyó el lance hondo y parado, ora a pies juntos, ora con el compás abierto, muy descargado sobre los riñones cuando tocaba y ágil sobre las piernas si así lo requería el momento; exhibió la media, la serpentina, también la platería mexicana caminada y vistosa en los quites que tanto se añora y tanto se reivindica cuando no se ve. Cortó dos orejas que no son muchas pero por encima de las cuestiones numéricas queda el recuerdo de una exhibición deslumbrante.

Del paso de Perera en esa misma feria queda el recuerdo de una faena espectacular en la que al estilo César Rincón, utilizó la larga distancia en los cites para lucir él y hacer lucir al toro en una tarde en la que la cátedra Madrid no había querido tener en cuenta en los primeros toros su gran historial en esa plaza que le sitúan como uno de los diestros en activo que más veces abrió su puerta grande, seguramente porque en la ultima ocasión en que lo logró a los más fundamentalistas les pareció premio excesivo y quisieron que devolviese el triunfo. No lo consiguieron. Al acabar se hablaba de su gran faena a un toro de Cuvillo, una vez más malograda por la espada que ha sido su punto débil este año.

En Zaragoza cabe destacar sobre todo la buena afluencia de público. A falta de la corrida de hoy que cierra feria en la que vuelve a actuar Ponce esta vez con Juli, lo más destacado lleva la firma del valenciano, del joven Álvaro Lorenzo y de Morante que en el arranque ferial cumplió una tarde propia de los de su género, inhibido hasta la desesperación en su primero y con desbordada inspiración en su segundo. El maestro de Chiva en su primera tarde cuajó dos faenas de un mimo exquisito, toreó con la suficiencia de siempre, sin aparente esfuerzo y una administración exacta de la condición del toro, todo ello con esa puesta en escena que exhibe ahora como nunca, capaz de cautivar la atención de todos los públicos. Acabada la temporada aquel percance de fallas no es más que un mal sueño.

El éxito de lo Lorenzo por su parte vino a confirmar el ascenso que ha experimentado este año de la mano de la casa Lozano; y del arranque de feria queda el recuerdo de Rufo, el novillero que pocos días antes había dado un golpe de efecto en Madrid con lo que asegura un arranque de temporada con las mayores expectativas.

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