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Luz crepuscular

CÉSAR RUS

Sábado, 11 de noviembre 2017, 00:58

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valencia. Fabio Biondi se adentra con esta interpretación de la 'petite messe solennelle' en una época alejada de su repertorio natural. Aunque se trata de una excepción comprensible, pues aunque Rossini compuso esta obra en 1864, lo cierto es que se trata de una música que, para la época, se puede considerar arcaica, lo cual no elude el hecho de que se trate de una pieza exquisita. Biondi optó por la versión original, es decir, sin orquesta con dos pianos y un harmonium. No así en las voces, pues en origen se hizo para doce cantantes y, en este caso, el coro fue mucho más numeroso, la opción parece lógica a tenor de las dimensiones del auditorio; el Cor de la Generalitat brilló más si cabe con esta instrumentalización.

Biondi supo conducir la obra con un adecuado sentido del idioma de esta música que, pese a reminiscencias operísticas, presenta una considerable distancia respecto la música escénica del autor. En ella se dan cita la inspiración melódica y el brillo italiano, pero sin los excesos de virtuosismo de sus óperas. El cuarteto vocal estuvo integrado por cuatro estudiantes del centre de Perfeccionament. El tenor Matheus Pompeu se enfrentó a la parte más comprometida el 'Dominus Deus' con una voz de importantes medios, aunque le faltó algo de depuración técnica (especialmente a la hora de cubrir el sonido), algo comprensible en un cantante que está terminando su formación.

Comentario muy similar merece la soprano Annya Pinto quien demostró tener una voz atractiva, aunque le faltó algo de capacidad para el matiz y el control, especialmente en la tesitura alta. El barítono-bajo Arturo Espinosa posee una voz en exceso baritonal para la parte, pese a que cantó en buen estilo y con unos medios nada desdeñables. La interpretación más completa y adecuada fue la de la mezzo Olga Syniakova pues posee una voz de cálido timbre y mostró una línea de canto bastante depurada.

De los solistas instrumentales destacó Aïda Bousselma por su exquisita intervención solista, con elegancia pero sin grandilocuencia.

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