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GRADA

El Granada dice adiós a un vacío generacional

Dani Panero

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Hubo un tiempo en que ser del Granada CF no era lo habitual, ni siquiera en la propia Granada. El club de Los Cármenes fue engullido por una crisis deportiva, institucional y hasta de masa social. Esos años de caída libre desembocaron en un vacío generacional que ya ha tocado a su fin. En 2019 se cerró una década de reconstrucción, de recuperar el camino perdido y de ensanchar la institución acorde a su historia. Las camisetas de niño cada vez son más numerosas y la entidad vive uno de sus mejores momentos.

“Antes en los colegios los niños llevaban la camiseta del Madrid y del Barça. Ahora cuando hay un partidito de fútbol sala o vas a cualquier colegio se ven muchas camisetas del Granada”, asegura Jaime Esteban Tortosa, director del área social del club nazarí. Sus palabras resumen una de las victorias más importantes del club: que cada vez más la gente identifique al equipo con la ciudad y la provincia, que lo haga suyo a través de los valores que transmite el club y el equipo. Este cambio de filosofía ha logrado mantener la afición que siempre estuvo ahí y generar una nueva masa social que mantenga la ilusión por el club y garantice un relevo generacional que por momentos estuvo perdido.

Aquellos años en los que el Granada estuvo en Segunda B e incluso Tercera fueron una tortura para un club acostumbrado a estar siempre arropado. “Es normal el vacío generacional. Ahora estás en LaLiga Santander y vienen jugadores como Soldado o Vadillo. No tiene nada que ver con aquellos años en los que había una institución apagada. Cuando hay euforia todo el mundo se junta, el problema es cuando te quedas en la rueda del pelotón”, considera Pepe, presidente de la Peña de Puebla de don Fadrique, a más de 200 kilómetros del Estadio Los Cármenes.

La nueva generación de aficionados del Granada tuvo su semilla en el principio de esta década. Los nazaríes lograron dos ascensos consecutivos hasta alcanzar la máxima categoría del fútbol español en junio de 2011

La nueva generación de aficionados del Granada tuvo su semilla en el principio de esta década. Los nazaríes lograron dos ascensos consecutivos hasta alcanzar la máxima categoría del fútbol español en junio de 2011. De aquellos años nacieron numerosas peñas y “se consiguió afianzar a esa masa más joven que anteriormente era mucho más difícil atraer”, asegura Esteban Tortosa. Es el caso de La Horizontal, nacida en 2016 y que ya nota el incremento de aficionados. “Es muy emocionante ver ahora a tantos niños con la camiseta del Granada. En los colegios es una realidad, una bonita realidad”, asegura José, su presidente.

La nueva era

El vacío generacional del Granada fue producto de 36 años lejos de los focos de la máxima categoría, un abismo que tuvo su pistoletazo de salida en 1976 con el descenso a la división de plata y que concluyó en 2011 con el ascenso. En este lapso la afición de Los Cármenes ha sufrido como pocas, pero ha aprendido también a dar valor a momentos como el actual en el que el equipo está en una situación cómoda en LaLiga Santander. “Vemos al equipo increíble. No imaginábamos estar así en este momento. Estamos disfrutando mucho del fútbol”, confiesa Juan Manuel, de la Peña Rock & Gol.

La felicidad de los aficionados del Granada no es más que el reflejo de un equipo con el que se identifican. De la mano de Diego Martínez los nazaríes han conseguido firmar un extraordinario arranque de temporada y han encontrado un estilo con el que la afición de Los Cármenes comparte su modo de ver el fútbol. “Se nota en la confianza que hay entre ellos y cómo salen a los partidos sin miedo. No es de los que va a amarrar un empate, están constantemente luchando y nos gusta ese tipo de arrojo. Nos encanta el sentimiento y el carácter que le está dando Diego Martínez a nuestro equipo”, afirma Mónica, presidenta de la Peña del Granada en Madrid.

Todas esas cualidades que destaca Mónica son algunas de las señas de identidad que han llevado al Granada a tener la mitad del objetivo casi cumplido en enero. Con 10 puntos de ventaja sobre el descenso y habiendo sido líder incluso en las primeras jornadas, los aficionados se frotan los ojos. “No nos esperábamos que ocurriera. Lo vivimos con mucha ilusión. Levantarte y ver al Granada líder, imagínate. Compré todos los periódicos que pude porque pensaba que era algo que no íbamos a ver”, confiesa José, de la Peña La Horizontal.

La casa de los sueños

El presente del Granada se ha convertido en un sueño del que los aficionados no quieren despertarse y Los Cármenes en un lugar ideal para vivir ese momento. El equipo de Diego Martínez puede presumir de tener más de un 80% de aforo completo en cada partido, una auténtica fiesta. “El ambiente que se vive en el estadio es muy sano, este año estamos disfrutando mucho del fútbol”, asegura Juan Manuel, de la Peña Rock & Gol.

Los frutos del Granada llegaron en un inicio de temporada meteórico. Los Cármenes vio a su equipo vencer al Real Betis, al CA Osasuna, al CD Leganés e incluso al FC Barcelona, un botín de 12 puntos de los 15 primeros disputados en casa que disparó la ilusión. “En el Granada tenemos la suerte de contar con una afición excepcional que anima en todos los partidos hasta el último momento y eso siempre favorece el ambiente que hay dentro del campo. Es un plus de competitividad . Sin esta afición sería mucho más difícil conseguir los objetivos. Hay una unión especial con el equipo”, asegura Jaime Esteban Tortosa, director del área social del Granada.

José, presidente de la peña La Horizontal, ya nota el incremento de aficionados y argumenta que: “Es muy emocionante ver ahora a tantos niños con la camiseta del Granada”.

La comunión entre jugadores y afición se ha multiplicado con el nuevo proyecto. La apuesta por Diego Martínez y las oportunidades a jugadores nacionales han hecho que la grada se identifique mucho más con el equipo. “La temporada del descenso había casi más traductores que futbolistas. A día de hoy hay muchos más jugadores nacionales e incluso de Andalucía. Compartir un mismo idioma ayuda al funcionamiento”, afirma José de La Horizontal.

El producto nacional es una de las claves, pero no la única para Pepe, de la Peña de Puebla de Don Fadrique. “Hemos pasado a un equipo sin grandes figuras pero con una base de LaLiga SmartBank y con un entrenador que ha sido una sorpresa. Los directivos sabrían quién era, pero nadie esperaba que subiera al equipo el primer año que lo cogía y que lo hiciera funcionar tan bien. Están todos unidos”, confiesa alguien que ha visto al Granada en los dos extremos, el infierno y el cielo.

La montaña rusa del Granada

Hasta llegar a este momento de plena felicidad el Granada ha tenido que caer al vacío, reponerse a todo y subir hasta la cima del fútbol español. Este camino ha sido un trayecto que ha construido el carácter de Los Cármenes. “Es una afición fiel y realista. Fiel porque lo ha demostrado siendo capaz de acompañar al club en los momentos más complicados y realista porque sabe poner en su justa medida el valor de cada uno de los objetivos que cumple el club”, asegura Jaime Esteban Tortosa.

El producto nacional es una de las claves, pero no la única para Pepe, de la Peña de Puebla de Don Fadrique. “Hemos pasado a un equipo sin grandes figuras pero con una base de LaLiga SmartBank y con un entrenador que ha sido una sorpresa”

El Granada alargó el momento más delicado de su historia durante más de 30 años. En 1976 bajó de la máxima categoría después de ocho temporadas seguidas y terminar en dos ocasiones sexto clasificado. Ese recuerdo aún pervive en la ciudad, pero también lo hace el fantasma de haber pasado 36 años sin volver. “Fueron años muy malos. Ahí sigues siendo abonado, pero las cosas se viven con menos ilusión”, afirma Pepe.

Si los descensos y el fantasma de la desaparición fueron un motivo para la desesperanza, todo lo contrario ocurría con los ascensos. El último de ellos, en Mallorca, fue una prueba para la fidelidad de la afición. El trágico fallecimiento de José Antonio Reyes obligó a aplazar el duelo del equipo en Mallorca del fin de semana al miércoles. Este cambio de última hora no evitó que la afición arropara a los de Diego Martínez. “Hubo gente a la que le fue imposible realizar estos cambios, pero la mayor parte consiguió viajar a pesar de que a alguno casi le cuesta el puesto de trabajo. Una vez que el aficionado está ahí y toca con los dedos la posibilidad de vivir el ascenso, se entiende que hay gente que hiciera auténticas locuras como, por ejemplo, coger el vuelo de vuelta e ir a trabajar sin dormir”, reconoce Jaime Esteban Tortosa.

Un salto que traspasa fronteras

A más de 10.000 kilómetros de distancia, en la Patagonia Argentina, Carlos se prepara para viajar a Granada a vivir de cerca la fiesta del ascenso. Es junio y su equipo certificó días antes el objetivo en el campo del Mallorca. Ni la distancia, ni la falta de una fecha concreta para la fiesta privan a este argentino de hacer el viaje.  “Fue una pequeña odisea de casi cinco días. Salí de mi ciudad (Rada Tilly, Chubut, Argentina -a 2.000 kilómetros de Buenos Aires-), hice un primer tramo en avión, después cogí un bus hasta la ciudad de La Plata, otro bus hasta la localidad de Coronel Brandsen, donde vive un hermano de mi esposa que me llevó otros 70 kilómetros hasta el aeropuerto de Ezeiza. Desde allí cogí un vuelo hasta Sao Paulo, y de allí otro vuelo a Madrid, donde apareció Jaime Esteban Tortosa y su vehículo para poder llegar a ver el último partido y la fiesta del ascenso. Valió la pena”, asegura.

A más de 10.000 kilómetros de distancia, en la Patagonia Argentina, Carlos cuenta con orgullo su travesía para celebrar el ascenso del equipo.

No es la única peña a distancia. Más cerca, en Madrid, varios aficionados del Granada se acostumbraron a ver los partidos del equipo por separado, un tormento para los nazaríes. Así nace la Peña del Granada en la capital de España. “Cuando estás lejos lo sientes mucho más y estás deseando tener contacto con los jugadores. Varios que hoy son peñistas vivían en Madrid y dijeron que nos juntáramos para ver al equipo. Así es como surgió un sitio para compartir los colores”, afirma Mónica, presidenta de la Peña.

En la Patagonia, Madrid, Granada o Puebla de don Fadrique, los aficionados del Granada se encuentran, buscan sus raíces y disfrutan del buen momento de un equipo con el que esta temporada se identifican más que nunca.

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