El voluntario que encontró su hogar en una oenegé
Llegó a Catarroja el mismo día de la dana y se quedó a ayudar y vigilar la sede de Ca La Mare para que no robaran las donaciones
A. Talavera
Catarroja
Viernes, 24 de octubre 2025, 00:09
La dana ha cambiado la vida de muchas personas, en la mayoría de casos, a peor por tener que empezar de nuevo ante las pérdidas. ... Sin embargo, esta tragedia ha servido para que Yaagoub encuentre un hogar y una nueva familia.
La casualidad hizo que el 29 de octubre este hombre se desplazara desde Benifaió a Catarroja para recoger alimentos en la oenegé Ca La Mare. Allí, en plena zona cero, le pilló la riada. Esto podría haber supuesto el peor de los desenlace para él ya que la sede de esta asociación está muy cerca del barranco del Poyo pero quedarse aquella noche allí atrapado supuso un nuevo inicio. «Mi vida ha mejorado mucho, tengo un techo bajo el que dormir y he encontrado una familia aquí», explica con dificultad Yaagoub al no hablar bien español pero con la ayuda de otros voluntarios. En este caso, no hacen las palabras para ver en su cara la felicidad y entender que se siente en su casa.
Aun así los primeros momentos, cuando el agua no paraba de subir, fueron muy duros también para él ya que se temió lo peor y que no podría volver a ver a su familia que reside en Argelia.
Pasado el miedo inicial, este voluntario se ha convertido en «el chico para todo» en Ca La Mare. Llegó a España sólo unos meses antes de la dana y tras pasar por Barcelona, había recalado en Benifaió desde donde se desplazó el día 29 hasta Catarroja. La riada le impedió volver y decidió quedarse a ayudar ya que en esta oenegé todas las manos eran necesarias para sacar adelante una labor más indispensable que nunca. Y es que esta asociación lleva más de diez años prestando ayuda social a personas vulnerables de l'Horta.
Primero fue quitar el barro y comprobar como la sede de Ca La Mare había sido arrasada quedando en pie prácticamente cuatro paredes. A partir de ahí iniciar todo de nuevo para repartir comida a todos los vecinos necesitados. Precisamente cuando una tarde estaban colocando en el local las donaciones recibidas, oyeron como intentaban forzar una de las puertas rotas para entrar a robar. Yaagoub no dudó en ofrecerse para quedarse a vigilar y evitar que se llevaran estos productos esenciales.
Desde aquel momento este voluntario se quedó a vivir en este bajo y se convirtió también en vigilante y en una pieza importante de esta organización. «Está para todo, arregla lo que hace falta, descarga y siempre está dispuesto a ayudar», comenta David, uno de los responsables de Ca La Mare, que también muestra su alegría porque la dana les pusiera en el camino a este joven que se ha convertido en un hermano más para él. Un camino que ya no se separará porque Yaagoub asegura que «siempre seguiré colaborando con ellos» aunque encuentre trabajo. Y es que este hombre está muy agradecido a esta organización de Catarroja.
Las jornadas en esta oenegé son frenéticas y los cerca de 20 voluntarios que forman parte de Ca La Mare van de un lado a otro para recoger o entregar la comida. Actualmente reparten unas 150 cajas de comida diarias pero hasta el mes de marzo eran más de 450.
«El perfil de la gente que viene ha cambiado mucho, ahora son personas que han perdido el trabajo por la dana o que aunque trabajan no llegan a final de mes porque tienen que invertir el dinero en las reparaciones», explica David.
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