Secciones
Servicios
Destacamos
REDACCIÓN
VALENCIA.
Domingo, 19 de enero 2020, 00:39
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
La liberalización de la AP-7 ha supuesto una alegría para muchos valencianos que han visto como, después de décadas de peajes, pueden atravesar la Comunitat de un lado a otro sin un desembolso extra. Esta situación ha provocado que se haya incrementado desde el 1 de enero no solo el número de coches particulares sino también de camiones y se ha disparado así el número de accidentes de una infraestructura que ahora está mucho más concurrida.
Manuel Miñés, gerente de la Cámara de Contratistas, asegura que el transporte pesado ha doblado su presencia en la antigua autopista. «Si antes los camiones suponían un 10% de la intensidad media diaria de circulación y el resto eran vehículos ligeros, ahora consideramos que será de un 20%» afirma Miñés, que indica que si en 2019 circulaban unos 2.000 camiones a diario, ahora «al menos lo hacen 4.000». Este incremento del 100% incide, para el representante de la Cámara de Contratistas, en la peligrosidad «porque al tráfico ligero se le añade el pesado y eso incrementa el riesgo potencial de accidentes, además de ralentizar la circulación».
Desde este sector también recuerdan que con el mayor volumen de circulación «el firme, se deteriora más rápido» y proponen un mayor mantenimiento para intentar que esta situación no contribuya a generar más accidentes. Además, se propone «la construcción de un tercer carril en aquellas zonas en las que hay repechos porque es donde, normalmente, el tráfico pesado ayuda a ralentizar el tránsito» y mejorar así la situación de la vía.
Por su parte, la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte afirmó, en declaraciones a este diario, que aunque no tienen datos concretos de cómo ha cambiado el tráfico rodado en la antigua autopista sí tienen constancia, por los testimonios de sus afiliados, de que se los camioneros la usan mucho más que antaño. Del mismo modo, apuntan que la AP-7 está diseñada para la circulación de vehículos ligeros, de ahí que reclamen que «se tienen que habilitar más áreas de descanso para camiones y mejorar los accesos»
El aviso de los transportistas y comerciantes llega días después de que se hayan producido dos siniestros de gravedad con camiones implicados en la AP-7. El pasado 11 de enero tuvo lugar un accidente en el término municipal de Peñíscola que terminó con el vehículo totalmente destrozado y el conductor, herido de gravedad, atrapado en el interior de la cabina. El trabajo de rescate fue calificado por parte del Consorcio de Bomberos de Castellón como «complicado y laborioso». Tan solo tres días después, otro camión cayó por un puente de la antigua autopista a la altura de Castellón tras perder el conductor el control, que también resultó herido de gravedad.
Tras la liberalización, el Gobierno tiene pendientes varios trabajos para adecuar la autovía a su uso actual. Además del desmontaje total de las isletas y cabinas de peaje, se tendrá que crear nuevos enlaces para mejorar la conectividad de la carretera con los diferentes municipios.
El pasado 28 de septiembre la Dirección General de Carreteras sacó a concurso un estudio para determinar los enlaces que se necesitaban. La Conselleria de Política Territorial y Obras Públicas solicitó al Ministerio de Fomento que empezara a trabajar en los enlaces de Altea, la Nucía, Polop, Ondara-Gata, Oliva-Gandia, Alzira, Vila-real y Vinaròs. Ayer, el secretario de Análisis y Prospectiva de la Ejecutiva del PSPV de alicantino y director de Turismo, Herick Campos, también anunció que «está en la agenda del Gobierno» la construcción de un acceso para la AP-7 entre l'Alfàs del Pi y Altea y que «en breve» se va a licitar la redacción del proyecto.
La liberalización de la AP-7 no ha sido buena para todo el mundo. Algunos usuarios se han encontrado con algunos problemas derivados del incremento del número de vehículos.
Germán Gallo es uno de ellos. Era cliente habitual de la AP-7 y ha notado en sus carnes las desventajas que ha conllevado la eliminación de los peajes. El principal problema viene determinado por el incremento en el número de camiones que desde el 1 de enero están utilizando estar arteria.
«Antes hacía el trayecto entre Oropesa y Vinaròs en unos 20 minutos pero ahora, al incorporarse más camiones a a la autopista, tardo prácticamente una hora», afirmó. Gallo recordó que «por mi trabajo utiliza con frecuencia la autopista. Antes veía un camión cada 10 o 15 kilómetros y ahora me los encuentro cada 20 o 25 metros. Y, además, forman colas de tres o cuatro seguidos».
Para Gallo, esta forma de circular tiene un problema. Y es que cuando se ponen a adelantar unos a otros crean situaciones de riesgo. «Van en grupos de tres o cuatro. Entonces el que circula en último lugar y a una velocidad de 80 kilómetros por hora se pone a adelantar en un tramo empinado. Le cuesta casi diez minutos sobrepasar al resto y suele formar unas colas tremendas», apuntó.
En este sentido señaló que la liberalización ha supuesto un cambio en la logística de las empresas de la zona. «Han modificado los procedimientos de transporte. Antes los camiones viajaban de noche y ahora todo el mundo entra en la autopista. Antes era una vía supercómoda para viajar y ahora es todo lo contrario».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El juzgado perdona una deuda de 2,6 millones a un empresario con 10 hijos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.