Teo, el perro que perdió a su familia por la dana
El can, que deambulaba por la calle desnutrido, fue rescatado por una protectora que le busca un nuevo hogar al no poder localizar a sus dueños
Entre las trágicas historias de la dana también hay algunas protagonizadas por mascotas que, antes del 29 de octubre, formaban parte de un hogar o ... bien se encontraban bajo el cuidado de una protectora. A Teo, de cuatro años de edad y raza mestiza, lo encontraron desnutrido deambulando por la calle a la altura del río Turia en Valencia. La asociación AUPA-Adopta Un Perro Abandonado lo rescató y gracias a sus cuidados pudo recomponer su salud. Sin embargo, sigue sin localizar a su familia, puesto que no llevaba chip.
«Por más que lo hemos difundido, nadie ha venido a reclamarlo. Es un perrito muy obediente, cariñoso y listo», explican desde las protectoras, que este domingo organizaron junto a Fundación Bioparc el 26º Desfile de perros en busca de un hogar y que este año ha contado con la presencia de varios afectados directamente por la dana, como es el caso de Teo, y que ahora están bajo la custodia de la protectora Modepran. «Desde primera hora el ambiente ya era muy positivo. Cientos de personas que se congregaban dispuestas a abrir su corazón y su hogar a ese nuevo compañero canino», cuentan desde la fundación.
Teo fue uno de los 30 peludos que participó en el emotivo desfile en busca de una familia que le adoptara tras ser imposible localizar a los que fueran sus dueños. Sin embargo, hay otras historias tan o más demoledoras que la de Teo. Es el caso de Sheila, una mestiza de ocho años de edad que directamente se quedó sin su querida humana a quien la dana le arrebató la vida en la fatídica tarde del 29 de octubre.


«Es una perrita muy tranquila, equilibrada, sociable, buena y cariñosa», destaca Modepran. Esas virtudes saltaron a la vista de una de las familias que acudieron al desfile con ganas de incorporar a su hogar un nuevo miembro de cuatro patas, lo que les llevó a adoptar a la cánida esa misma tarde después del evento. Gracias a esa decisión, Sheila tiene ahora una nueva oportunidad para ser feliz.
Precisamente, Dana es el nombre que le pusieron desde Modepran a una hembra de raza American. «A Dana la abandonaron junto a su madre y ella fue adoptada cuando pasó la riada en Valencia. Estaban juntas en el refugio de Modepran Carlet cuando ocurrió el desastre», explican desde la protectora, que insiste en el buen carácter de esta can de casi ocho años de edad. Ella no ha conseguido irse adoptada, al igual que los otros 28 perros que desfilaron, pero como dice la asociación, «no es tarde todavía».
A Gahara la abandonaron en un chalé con otros perros tras el desastre. Lúa fue entregada a la protectora porque su familia lo perdió todo con la barrancada. A Pupu lo rescató la policía porque permanecía mal cuidado en una casa llena de barro. También impresiona lo que han tenido que vivir Tysson, Dana o Bull, que se encontraban en el refugio Modepran de Carlet cuando fue arrasado por la catástrofe.
«La atmósfera de compromiso por el bienestar de los animales era muy evidente. También es fundamental lanzar un mensaje de optimismo, por lo que tenemos que destacar la satisfacción de saber que los días previos a este evento solidario fueron adoptados Abril, Lolo y Mocca», explican los organizadores.
Por otro lado, también desfilaron perros con historias tan conmovedoras como la de Jimena, «una abuelita encantadora» de 10 años que, posiblemente, «sea la compañía ideal» para el jubilado que no ha podido evitar mecerla en sus brazos. «Más seniors como Lila, que lleva 12 de sus 13 años a la espera de que alguien se fijara en ella, y hoy ha sido ese día», agregan. También los hay muy jóvenes, como el bretón Lotus o la preciosa podenca Siri, que pese a sus grandes orejas tiene un problema de sordera. También desfilaron otros adultos como el enérgico y juguetón Orus o la afectuosa Emma.
Este desfile, que se realiza todos los años, denuncia el abandono y pretende potenciar las adopciones concienciando sobre la responsabilidad que implica la tenencia de animales. «Debemos tener la absoluta seguridad de poder satisfacer sus necesidades y cuidados durante toda su vida y, si es así, lo mejor es dejarse llevar por el flechazo de estos maravillosos animales con los que compartiremos toda una vida de inmensa felicidad», indican desde la fundación.
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