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«La sociedad adulta transmite más violencia que los videojuegos»

«La sociedad adulta transmite más violencia que los videojuegos»

Varios expertos analizan la violencia extrema entre menores

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Sábado, 17 de febrero 2018, 00:30

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Los expertos coinciden a la hora de explicar lo que está sucediendo con los menores más violentos: agresividad descontrolada tras años con pocos o nulos límites, carencias educativas en empatía y respeto entre sexos, sin entender las consecuencias de determinados actos, con un fácil acceso a pornografía o contenidos peligrosos de internet. Y también contagio por una sociedad adulta que destila violencia.

Consuelo Benavente
Consuelo Benavente EFE

Consuelo Benavente. Fiscal de Menores de Valencia

«La sociedad adulta transmite más violencia que los videojuegos»

Cumple ya 17 años en la sección de menores de la Fiscalía de Valencia, los tres últimos como coordinadora. Consuelo Benavente también se muestra preocupada por las abundantes agresiones de menores a sus familiares, los intentos de homicidio o las agresiones sexuales.

En la violencia familiar, Benavente se ha encontrado con detonantes como «quitarles el móvil, un corte de la conexión a internet, no dejarles salir una noche o no darles dinero por exigir más cantidad de la que deben de manejar». En Valencia, «hemos visto ya casos de agresiones a padres de niños de 10 y 11 años». Tras una denuncia de una madre o un padre hay mucho sufrido. «Perdonan una y otra vez. Cuando vienen a la Fiscalía están ya desbordados. Y con sentimiento de vergüenza. Hasta se sienten responsables». Se escuchan frases como «no he sabido...» o «¿en qué he podido fallar?».

¿A partir de cuándo denunciar? «Agresión no se puede consentir ninguna. Se empieza consintiendo unos insultos y empujones, luego que tire el televisor, después una bofetada... Y si no pones freno, la siguiente bofetada se convertirá en algo más».

Benavente también aprecia esa «falta del control de la ira» a la que aluden expertos. De hecho, «muchas de las medidas de libertad vigilada que imponen los jueces para los casos más graves van precisamente orientadas a controlar impulsos».

Para la fiscal, el nexo videojuego-violencia es menos preocupante de lo que muchos creen. «Se ha visto algún caso, pero debería preocuparnos más la que viene de la calle, de la sociedad adulta en general». Se refiere a «empujones en el autobús, furia al volante, insultos y amenazas en estadios, debates televisivos donde no se deja hablar o políticos que nose hablan con respeto».

Pura Beltrán.
Pura Beltrán. Damián Torres

Pura Beltrán. Psiquiatra forense y directora de Laboratorio en IML de Valencia

«El menor que crece con patrones de agresividad la replicará a sus iguales y a sus superiores»

Beltrán y sus compañeros del Instituto de Medicina Legal (IML) han indagado en la mente de homicidas y agresores para elaborar informes forenses al servicio de la justicia. Observa una constante clara en los casos de menores más graves. «El niño que crece con patrones de conducta agresiva entre sus padres o con él, lo replica hacia iguales o superiores». En un ambiente hostil y de rechazo, «su necesidad de afecto la muestran con acciones agresivas», detalla.

Hay tendencia a pensar que internet, móviles y videojuegos hacen a los menores más peligrosos. No siempre es así, pero Beltrán lanza una advertencia: «Todo aquello a lo que uno se acostumbra y visualiza de forma constante le impacta menos». Y no duda en que hay violencia «en televisión y en los videojuegos». «Con cosas que a los mayores nos impactan, ellos se regodean, disfrutan o las cuelgan».

La forense diferencia entre agresividad y violencia. «Todos somos agresivos, es un mecanismo de defensa, pero somos capaces de canalizar la agresividad. En la violencia hay un abuso de poder. La agresividad se transforma en violencia al existir un rol social que la legitima y perpetúa». Y cuando los menores se tornan muy violentos «deben ingresar en centros que mejoren el dominio de su impulsividad o el reconocimientode las consecuencias desus acciones».

Cruz Pérez.
Cruz Pérez. Damián Torres

Cruz Pérez. Profesor de Pedagogía de la UV y experto en educación en valores

«Un chaval necesita normas y sanción si las incumple. Y eso se está diluyendo»

Es la voz de la pedagogía. Es profesor en la UV y experto en educación en valores. A la hora de explicar los porqués de la violencia en menores es crítico con cómo algunos padres educan a sus hijos. O mejor, dicho, con cómo no lo hacen. «Hay una dejación de funciones de las familias. Los chavales no llegan educados a los coles».

El profesor detecta «más permisivadad que antes a nivel social y a nivel familiar». Y muchos menores «tienen interiorizado esa idea de ‘como soy menor, no me pueden hacer nada’. Ello, lamenta, «incrementa las conductas delictivas».

¿Soluciones? «Los chavales tienen que tener patrones claros desde su infancia: límites, normas y sanción ante el incumplimiento. Y eso se está diluyendo». Lamenta esa ‘desesperación’ de padres por ver a sus pequeños sonreír. Que no llore. Que si sus amigos tienen móvil no le falte. «Se preocupan mucho de la felicidad inmediata. No piensan que darles todo lo que quieren los va a hacer infelices en el futuro». La bomba estalla en la adolescencia. Sin límites y atiborrados de bondades, «reaccionarán ante la adversidad con intolerancia, frustración o usando los medios más fáciles para conseguir las cosas, ya sea con agresión, robo o violencia».

Para Pérez hay una doble explicación sobre el aumento de delitos sexuales. Por un lado, la pornografía en internet, multiplicada en formatos y a tiro de click. «Imágenes que presentan un modelo, en general, agresivo y humillante contra la mujer». Pero también «la falta de una mejor educación sexual en familia y colegios».

Manuel Salinas.
Manuel Salinas. Damián Torres

Manuel Salinas. Educador y trabajador social. Profesor de Trabajo Social y Servicios Sociales en la UV

«Hay que transmitir a los niños: ‘porque te quiero,te pongo límites’»

Pone la voz de la experiencia en el trabajo reeducador con menores y familias. Es profesor de la Universitat de València, educador y trabajador social. Ante la violencia infantil, alude al cambio en el modelo educativo desde hace unas décadas. «Hemos pasado de uno más autoritario a otro más permisivo con dificultad por parte de las madres y padres para poner límites». El resultado es «baja tolerancia a la frustración que se pone de manifiesto cuando los padres intentan ponerlos». En su opinión, debemos lograr expresar a los niños esta idea: «Porque te quiero, te pongo límites».

Según Manuel Salinas, «hace años existía un modelo educativo único y común, con muchos fallos y cosas que mejorar, pero educábamos en la misma línea, a la vez, con respeto a los adultos y valores similares. Hoy no hay un entorno que eduque». Incluso en la escuela «los maestros han perdido capacidad de poner límites porque se les ha desautorizado».

Ante móvil, internet y videojuegos, Salinas ve el peligro en «la falta de supervisión a edades demasiado tempranas. Hoy la mayoría acaba primaria con móvil, cuando es innecesario». Y de eso los padres deben tomar buena nota. Sí, aunque los chavales digan aquello de que todos sus amigos lo tienen.

Para el educador, los factores principales que pueden tornar a un niño violento contra su familia u otras personas son la «falta de límites y de educación en empatía». Los progenitores «se preocupan, pero no se ocupan» a la hora de marcar esas fronteras «con firmeza, no con violencia ni con amenazas».

Salinas lo ha vivido en persona. «He visto casos de hijos que agredían a sus padres cuando intentaban ponerles límite en situaciones ya complicadas, cuando durante mucho tiempo no lo habían hecho». Los niños deben aprender cuanto antes qué significa «no».

Y otro consejo: no crear necesidades. «Mis hijas, con dos o tres años preferían que jugara con ellas a peleas, haciendo cabañas, en lugar de ver tele o la tableta. Si doy sustitutos a su necesidad real al final convierto en necesidad algo que no lo era».

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