Policías bajo mínimos contra las peleas en Valencia

No es fácil enfrentarse a un grupo que les supera en número, como ya ha ocurrido en varios pueblos, en los que se han organizado quedadas para pegarse de jóvenes desbocados e incluso armados. El último de ellos fue en Alaquàs cuando un grupo de jóvenes en bicicleta, encapuchados y armados con palos y cuchillos, sembró el caos en las calles, atropellando a los policías que intervinieron, pero también ha habido hasta una docena de reyertas multitudinarias.

La mayoría de los municipios se queda a poco para llegar a la ratio de agentes por número de habitantes recomendada de 2 policías por cada 1.000 en poblaciones de más de 10.000 y 1,8 en los de menos, cuando la media actual se sitúa en 1,4 agentes por 1.000 habitantes. Por ejemplo en Torrent, la capital de l'Horta Sud, cuenta con un plantilla de 104 agentes con una población de más de 85.000, frente a los 140 que había hace más de ocho años, y lleva dos con oposiciones para incorporar 15 nuevos efectivos.

En Mislata, donde se produjo una de estas peleas, alcanza solo la ratio recomendada por la Unión Europea de un agente por cada 1.000, con más de 43.000 habitantes. Otro de los pueblos, mucho más pequeño, Vinalesa (3.400), donde un agente se vio obligado a efectuar un disparo al aire para disolver una reyerta en octubre, cuenta con cinco que no les da para cubrir las 24 horas del día, aunque está previsto cubrir este mes cuatro plazas más.

La capital de l'Horta Nord, Paterna, que tampoco ha estado al margen de las peleas juveniles, incorporó en junio de este mismo año una decena de nuevos agentes, que hacen un total de 110 efectivos. Otro de los afectados, Alfafar, cuenta con 1,1 agentes por 1.000 habitantes.

Pero las quejas de los sindicatos no se centran tanto en el número sino en que la mayoría de las plazas están ocupadas por personal interino, es decir, agentes que no han recibido la formación y que por tanto, no puede patrullar ni llevar armas, como advierten desde el sindicato SPPLB. El retraso en el Ivaspe, el órgano que tiene atribuida la titularidad de la competencia en materia de seguridad al que corresponde la formación y el perfeccionamiento profesional de las policías locales, lleva un retraso de dos años, «cuando la formación debería de ser de seis meses», explican. En este sentido, advierten de que se incumple la normativa si los agentes que no son de carrera salen a patrullar. Y lo hacen porque «es necesario», ante la falta de efectivos en las calles.

«La Policía Local no puede ser eficiente en los casos de grupos urbanos», señalan las fuentes consultadas, «las competencias en estos casos son de otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad como la Guardia Civil y la Policía Nacional». Además, en la mayoría de las localidades, excepto en las capitales de la comarca de l'Horta y otras pocas, solo hay una unidad patrullando las calles.

Las patrullas en los pueblos de una sola unidad complica el trabajo de los agentes locales. Si en un momento dado reciben el aviso de un accidente de tráfico con atestado o un coche mal aparcado, el operativo está ocupado en estas funciones y deja desatendidas temporalmente el resto.

No obstante, la ventaja del área metropolitana en los casos de peleas multitudinarias es la cercanía entre si de los pueblos que permite que a la hora de pedir refuerzos lleguen en un corto espacio de tiempo para atender las situaciones más complicadas para los agentes. Además, cuentan con los refuerzos de la Guardia Civil, con nueve puestos en la comarca de l'Horta, y siete de Policía Nacional.

Para los ayuntamientos es una gasto muy elevado mantener un Cuerpo de Policía Local suficiente para realizar sus funciones de manera adecuada. Por eso los sindicatos policiales aprueban los convenios puntuales entre los consistorios para poder hacer frente a actos o eventos multitudinarios.