Ver fotos
Otra partida de mascarillas fallidas compradas por la conselleria desprotege a los sanitarios
CSIF y Satse reclaman la retirada del material que no cumpla con la norma europea puesto que los servicios de prevención «están desbordados»
d. guindo
Martes, 21 de abril 2020
El material sanitario necesario para que los profesionales puedan hacer frente a la pandemia de Covid-19 es uno de los principales lunares de la gestión tanto del Gobierno como de la Generalitat. En un primer momento por la carencia de equipos de protección –lo que acarreó denuncias judiciales– y en la actualidad porque no todo el nuevo material distribuido entre los hospitales y centros de salud alcanzan los estándares exigibles para que cumplan con su cometido de evitar que el enfermero o el médico se contagien al tratar a pacientes infectados por coronavirus.
Así, a las 16.000 mascarillas defectuosas distribuidas en la Comunitat por el Ministerio de Sanidad, y que ya fueron retiradas, ahora se suman otras, procedentes de Brasil y adquiridas por el propio Consell, que tampoco cumplen con los estándares europeos, al menos no para el material sanitario, y que han sido distribuidas en distintos departamentos de las tres provincias. Ante esta situación, sindicatos como CSIF o Satse reclaman que sea retirado todo el material de protección no homologado y se realicen test de verificación de Covid-19 a los profesionales que lo hayan utilizado.
Al respecto, el sindicato CSIF ha detectado en Castellón una partida de mascarillas, adquirida a la central de compras de la Generalitat, que tras repartirse en varios departamentos de salud, se ha comprobado que «no cuentan con los avales normativos ni la homologación de la FDA». La formación ha elevado formalmente una petición a la Conselleria de Sanidad –para que sea retirado el material y se hagan pruebas a los sanitarios– ya que «se ha podido comprobar que no están avaladas por las normas europeas (en concreto por la UNE 1492001+A1) ni están homologadas por la National Institutes of Occupational Safety and Health (NIOSH) de la FDA«.
Aunque en un principio la central sindical fue informada de que estos elementos de protección habían sido repartidos únicamente en Alicante, ayer pudo confirmar que varios centros de salud de Castellón como es el caso de Palleter, llevan una semana utilizando estas mascarillas. Según el sindicato, otros consultorios como Barranquet, Grao, Almassora y Borriol han podido recibir mascarillas del mismo lote. Y agregaron que «pese a correrse el riesgo de que no protejan al personal, han llegado incluso a la UCI del Hospital General».
En esta línea, y como recogía ayer LAS PROVINCIAS, estas mascarillas brasileñas también se han venido utilizando, al menos, en el hospital Doctor Peset de Valencia, como confirmaron fuentes del sindicato Satse.
De uso industrial
Estas mascarillas son fácilmente identificables por su color azul y porque el envoltorio está rotulado en portugués, ya que se trata de material procedente de Brasil, de uso industrial, y que aparece en portales de venta online del país sudamericano al precio de 3,20 euros la mascarilla (18,50 reales brasileños al cambio).
En la provincia de Alicante, el Instituto Tecnológico del Textil (Aitex) ha sido el encargado de retirar las mascarillas para estudiar su validación, lo que «demuestra las dudas sobre su procedencia que tiene la propia Generalitat», según CSIF. En Castellón, por su parte, «se ha comenzado a advertir desde la Conselleria de Sanidad de que no se usen a través de mensajes de Whatsapp a coordinadores, sin más instrucciones».
El sindicato lamenta que Sanidad «está tratando de culpar a los directores económicos de los departamentos de salud por el material que reparten, cuando la realidad es que estos sólo acceden al catálogo que les facilita la propia conselleria en su central de compras». «Se trata de la enésima gran metedura de pata de las administraciones en pocos días« han asegurado desde CSIF, en referencia a la reciente orden de retirada urgente, por falta de seguridad, de 16.000 mascarillas FFP2 repartidas por parte del Ministerio de Sanidad. El sindicato, que ya ha presentado una denuncia por prevaricación relacionada con el reparto y provisión del material de protección a sanitarios durante la pandemia, estudia la relevancia de este »nuevo y grave error«.
En relación a este asunto, LAS PROVINCIAS interpeló ayer a la propia consellera de Sanidad, Ana Barceló, y la titular del departamento aseguró que cuentan tanto «con el certificado tanto del laboratorio que testó esa mascarilla en Brasil, que dice que la testó con normas de la Unión Europea, como el certificado del propio Ministerio de Trabajo de Brasil, que certifica que estas mascarillas se pueden utilizar como fpp2». Sin embargo, este material presenta serias dudas de que pueda ser fiable para evitar el contagio de un virus. «Una cosa son mascarillas que impiden el paso de partículas sólidas, por ejemplo útiles en la construcción o la industria, y otra las que impiden el paso de agentes infecciosos», apuntaron fuentes expertas.
Después de ambos casos, la consellera agregó también que «se hace una revisión previa», pero admitió que «tenemos que reforzar esos controles en los propios departamentos puesto que ellos reciben donaciones y tienen que testarlas, algunos de esos materiales no pueden utilizarse en el ámbito sanitario, y pedimos que se refuercen los controles en toda la cadena«. Este refuerzo de las tareas de verificación del material ha terminado por »desbordar« a los técnicos de los servicios de prevención de los departamentos, como lamentaron ayer desde el Sindicato de Enfermería Satse. »Este material viene con las especificaciones técnicas en chino, en brasileño, en inglés«, con las consiguientes dificultades para llevar a cabo traducciones técnicas, mientras que los citados servicios de prevención »no tienen el aparataje para hacer las mediciones y validar«. Por ejemplo, la mascarilla brasileña que ha sido distribuida bajo la marca comercial Grazia «lleva el certificado ISO en la bolsa pero no en la mascarilla», por lo que existen dudas de que realmente cumpla con las especificaciones que marca la Unión Europea. Sin embargo, insistieron desde la formación sindical, los departamentos carecen de laboratorios que puedan llevar a cabo las mediciones necesarias. Ante esta situación, y para poder utilizar el material, todo hace indicar que la conselleria deberá recurrir a empresas externas especializadas que puedan certificar si el material es válido o no.
Ante esta situación, «cualquier partida que no se pueda certificar debe ser apartada, no se puede exponer más a los profesionales sanitarios. El riesgo de que no cumpla los requisitos o que la calidad no sea lo aconsejable hacen que, ante cualquier duda, se deba apartar el material hasta que sea validado con el aparataje adecuado». Por su parte, el Sindicato Médico CESM-CV publicó ayer una lista de recomendaciones para aquellos médicos que se han visto afectados por haber usado las mascarillas 'fake'. «Si alguien ha visto pacientes con estas mascarillas, sobre todo en la zona de Covid-19, está en riesgo de estar enfermo», aseguraron, por lo que instan a los médicos afectados que dejen de ver pacientes, hagan un parte de prevención de riesgos laborales, pidan un PCR y rellenen un escrito facilitado por el Sindicato sobre las mascarillas. Advirtieron también que exigirán dimisiones y responsabilidades legales a aquellos que han sido capaces de entregar a los médicos material defectuoso.