En la tarde de hoy tendremos el entremés que supone la actuación de los alumnos de las escuelas de Tauromaquia. A ellos les cabe el ... honor de abrir la plaza, de engrasar los goznes de las puertas de la ilusión, pero también de la esperanza. Sin embargo, la responsabilidad de que la fiesta vuelva con todo el empuje que la afición espera, corresponde a los mayores, a las figuras, a todas, ganaderos por delante de los coletudos. Ya se sabe, sin la casta, la bravura y la pujanza del toro, la lidia no alcanzaría el rango de arte sublime.
Y en el apartado ganadero, comienza este abono, que nosotros llamamos de la restauración de los toros en el coso de la calle de Xàtiva, marcándose un do de pecho mayor. Llega Victorino Martín con el aval de haber puesto también una pica en Colombia. La corrida lidiada en Cali, con cuatro astados de juego excepcional, fue hito importante para seguir ganando adeptos, incluso entre las figuras que con tanto recelo lo miran. Después llegó la no menos importante corrida de Olivenza, con ese 'Madero' embistiendo a la muleta de Ferrera como si no hubiera un mañana. Toro de bravura y celo tan acusado que puso la plaza en pie pidiendo el indulto que, al final, le fue concedido.
Con estos antecedentes, y con una terna, más de aficionados que de público de clavel, la vuelta de los toros a Valencia, debería ser toda una fiesta grande. Ahí está Ferrera, tan devoto de la divisa de Victorino, o Daniel Luque, quien después de algunas idas y venidas, ha cuajado en un excelente torero, capaz de imponerse a los toros con esa difícil dualidad de poderles practicando el toreo más sentido, y un tercer hombre, el valenciano Román, que según propias declaraciones dice «estoy preocupado por lo despreocupado que me siento ante esta cita tan especial como es lidiar los toros de Victorino». Y es que al torero de Benimaclet, nos da la impresión de que le ha llegado una lúcida madurez. Magnífica ocasión para disfrutarla.
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