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Villarejos y otros rusoS

Resulta sorprendente el momento en el que aparecen grabaciones, especulaciones, declaraciones y presuntas antiguas amantes

María José Pou

Valencia

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Sábado, 14 de julio 2018, 10:26

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He de admitir que me gustan mucho las teorías de la conspiración. Creo que la culpa la tiene un profesor de Sociología que tuve en la Universidad y que el primer día de clase nos pasó un test para medir nuestra credulidad. En él se nos preguntaba acerca de estrategias mundiales o conspiraciones globales y a mí todas me parecían increíbles. El resultado del test fue que tenía un nivel de inocencia más propia de los querubines seráficos que de un ser de este mundo. Creo que ahí acabó mi etapa de «buen salvaje». Si a eso le añadimos todo lo visto y oído en los últimos años, la conclusión solo puede ser que no me creo nada y me lo creo todo. Es decir, no creo en conspiraciones de película pero siempre sospecho que las hay. En cualquier caso, me entretienen y, dándolas por posibles, sé que no me equivoco del todo.

Por eso, quizás, veo espías rusos y Villarejos por doquier. Sin ir más lejos el triunfo de Croacia sobre Rusia hizo desmoronarse mi teoría sobre el Mundial. Menos mal que no aposté una paella. Daba por hecho que, al final, ganaría Rusia no tanto por sus méritos como por los chupitos de polonio 210 a costa del Kremlin. Eso explicaba por qué las grandes selecciones como Alemania o España habían caído de forma estrepitosa. De hecho, afirmaba a quien quisiera escucharme que algún día saldría a la luz cómo compraron voluntades en 2018 y todo encajaría. El boom de Croacia, sin embargo, ha sido un contratiempo en mi particular versión de los manejos futbolísticos de la antigua KGB pero no descarto que algo de eso haya habido en estas semanas.

Ahora mi solaz cuasi veraniego se topa con otra conspiración perfectamente plausible. En esta ocasión, sin negar que pueda haber verdad en lo conocido sobre el rey emérito, resulta sorprendente el momento en el que aparecen grabaciones, especulaciones, declaraciones y presuntas antiguas amantes. En mi línea, ni afirmo ni niego. Ni me lo creo, ni moveré una ceja en el caso de que se confirme, pero resulta llamativo y oportuno el ataque contra la Corona. En España no parece gratuito ninguno de esos movimientos. Algunos independentistas, más conspiranoicos que yo, creen que con ello se pretende proponer la salida del rey, como su bisabuelo, para traer a España una república que absorba la catalana con tal de que, así, no se separe Cataluña del resto del país. Como alternativa es muy buena, diríase que es modelo columna salomónica cual baldaquino de San Pedro. Muy rebuscadita y pelín egocéntrica. En mi caso, apostaría por cualquier otra opción más sencilla, desde las conexiones masónicas que se le atribuían a Zapatero hasta las vendettas amorosas de alguna despechada. Y conste que uso el femenino porque aquí no parece oportuno el masculino. En cualquier caso, nada es casualidad. Si se da porque se busca, eccolo! Si, en cambio, se aprovecha el azar, es para hacer pasar por casual lo que en realidad es bien intencionado.

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