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Urgente Muere el mecenas Castellano Comenge

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No hay partido que ahora mismo no ande de reuniones y conversaciones para constituir los nuevos gobiernos locales, autonómico y central. Y ni todo va mal, ni todo va tan bien. Se palpa mucha incomodidad y más de un cabreo. Parece lógico reconocer el desgaste que sufre una relación tras cuatro años de convivencia. Ni Ximo Puig ni Mónica Oltra son los mismos de hace cuatro años. Ahora se conocen muy bien. La primera vez que pactas te confías pero a la segunda ya nada se deja pasar por alto. Ahora todos saben de las debilidades y fortalezas del otro e intuyen por dónde apretar, cómo moverse o qué pedir.

Lo saben todos menos los nuevos socios. Los de Podemos están en el «por pedir que no quede» y se equivocan. Por muy necesarios que se sientan, llegar a un grupo que te gana por goleada exige más humildad y prudencia. Y más si vas de capa caída tras haber perdido el Ayuntamiento de Valencia y parece, por lo que dice Sánchez, que también perderían el entrar en el gobierno de España a pesar de las reiteradas demandas de un Iglesias en crisis interna.

Por si las fricciones habidas (que las ha habido) entre Compromís y PSPV no fueran suficientes para dar forma al segundo Botànic, ahora además tienen que encajar a los nuevos socios y sus exigencias. Todo a cinco días (o no) de investir a Puig como Molt Honorable y de poner nombres y apellidos a consellers, secretarios autonómicos, directores generales y demás. El hombre tranquilo que representa Puig y que tanta manga ancha tuvo en la primera legislatura, tiene el reto de nadar y guardar la ropa dejando sin argumentario a los maledicentes que aseguraban que, tuvimos o lo parecía, dos caps del Consell.

Un escenario similar se presenta en Valencia tras la tormenta vivida entre Sandra Gómez y Joan Ribó por el inicio de la ronda de contactos con los partidos. Tras dos semanas de declaraciones cruzadas se sientan a hablar para definir el modelo de ciudad que tendremos. Pero aunque en este escenario de 'tensión' no hay un Podemos de por medio, sí hay muchas incomodidades que habrá que limar. Sandra Gómez no ha disimulado su malestar en asuntos como la movilidad, las formas de Grezzi en particular y la falta de acción del alcalde. En contra de lo que éste dice, la tormenta que vive el bipartito todavía no ha arreciado.

Y de rondas de contactos anda también Morera con los portavoces de los grupos, Sánchez hará lo propio la semana que viene y aquí sorprende la comparecencia conjunta de la popular Bonig y el ciudadano Cantó para pactar dicen, sobre el futuro de una treintena de ayuntamientos empezando por el de Alicante. ¿Le conviene a Ciudadanos esta nueva estrategia de apostar abiertamente por el PP?, ¿ya no están en el centro? Vaya.

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