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Siempre será  Palestina

Siempre será Palestina

El nuevo Gobierno que se forme en Israel no crea esperanza al pueblo palestino. Piensan que todo se quedará igual o peor, aunque para ellos sus territorios siempre serán Palestina

MERCÈ RIVAS

Miércoles, 9 de octubre 2019, 09:34

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El nuevo ganador de las elecciones, el exgeneral Benny Gantz de 59 años, hijo de refugiados huidos de la Segunda Guerra Mundial, es la gran incógnita. Por un lado, lo conocemos por las dos ofensivas contra Gaza que dirigió, aunque también ha afirmado en algunos mítines que hay que retomar las negociaciones con los palestinos. En 2014, llevó a cabo su operación militar más larga y más dura: 50 días en los que el diminuto enclave costero de Gaza fue bombardeado implacablemente hasta quedar en ruinas. Más de 2.200 palestinos murieron en el ataque, una cuarta parte de ellos niños.

Funcionarios palestinos y grupos de derechos humanos acusaron al ejército de Israel de crímenes de guerra durante el conflicto, según informaba en su día la BBC. Hay que tener en cuenta que las Fuerzas Armadas son la institución más valorada por los ciudadanos. No importa que entren los tanques en Gaza o que cierren sus fronteras para que la población muera lentamente. Tampoco importa que los colonos fanáticos y extremistas invadan palmo a palmo Cisjordania o que las autoridades israelíes lleven a cabo la demolición de bloques de viviendas en Jerusalén. La sociedad palestina ha sufrido, sufre y sufrirá mucho, pero su tierra siempre será suya.

Pueden cambiar los políticos del Gobierno de Israel, pero su visión ante el pueblo palestino no varía. No los quieren en ese territorio y han convertido la zona en un auténtico apartheid. Mientras los colonos judíos celebran la propuesta de Netanyahu para anexionar el territorio ocupado de parte de Cisjordania, los campesinos palestinos defienden su tierra, sus cultivos, sus olivos.

En Cisjordania, también denominado West Bank, los palestinos pierden día a día las mejores tierras de cultivo, las zonas en donde hay agua e incluso sus viviendas, ya que si a los colonos okupas les molesta las derriba el Ejército. Ya no pueden vender sus productos en Israel porque los colonos han acaparado el mercado. Es una invasión silenciosa. Israel, a través de sus colonos, gente ultra y colérica, ha conseguido que ya más de un tercio de Cisjordania esté ocupado por colonos protegidos por su ejército.

Días antes de las pasadas elecciones, Netanyahu, desesperado por perder el poder, prometió anexionar a Israel el 35% de Cisjordania de forma oficial puesto que, de hecho, ya lo domina para conseguir el voto de todos los colonos. El secretario de la OLP, el veterano Saeb Erekat, contestaba a Netanyahu que «la anexión sería un crímen de guerra según el derecho internacional», pero a los oídos de los políticos de Israel esas frases les dejan fríos ya que ni siquiera cumplen todos las resoluciones de Naciones Unidas.

Lo único que les preocupa es el papel de Estados Unidos, y con Trump lo tienen todo asegurado. Para ellos Europa no existe, ni el resto del mundo. Viven en su burbuja y los palestinos son simplemente algo incómodo. Y de muestra un botón. El pasado verano, el yerno de Trump, Jared Kushner, asesor y mano derecha del presidente americano, visitó Israel y horas antes el Ministerio de Defensa aprobó la construcción de 6.000 nuevas viviendas en los asentamientos judíos en territorio ocupado. Pero los colonos no se conformaron con esto y comenzaron a protestar por la creación de 700 viviendas para palestinos (que en realidad no es que se construyan, sino que se legalizan algunas casas ya construidas) llamando «terroristas» a todos los palestinos.

De hecho, el Gobierno palestino nada quiere saber con Trump, tras el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de la Embajada de EE UU desde Tel Aviv, al mismo tiempo que el Departamento de Estado clausuró la oficina de representación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Washington.

Las posiciones están muy enfrentadas. No hay ni un mínimo de posibilidad de acuerdos ni de detener la agresión. Mientras tanto, los habitantes de Cisjordania siguen perdiendo sus campos y sus casas por la invasión de colonos israelíes. No hay que olvidar que en la zona de Cisjordania o West Bank los israelíes tienen sus propias autopistas que no pueden utilizar los palestinos. Y en Gaza siguen bloqueados, sin esperanza, sin agua potable, con escasez eléctrica, sin trabajo, y siempre con la fecha que fijó Naciones Unidas: en el 2020 no se podrá vivir en Gaza.

Pero, desgraciadamente, el pueblo palestino se siente indiferente ante cualquier gobierno de Israel, ya que consideran que sus políticas hacia ellos serán iguales o parecidas. Que su vida no va a cambiar y su futuro es sobrevivir y mantener esas tierras para sus descendientes.

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