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Urgente Supermercados abiertos este Viernes Santo en Valencia: Horarios especiales

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El anuncio de que Telefónica y Atresmedia negocian para crear una compañía conjunta que plante cara a las plataformas americanas da cuenta del buen estado de la industria audiovisual en nuestro país. No hacía falta que se levantase este conglomerado para averiguarlo, pero ayuda a valorar su relevancia. El hecho de que empresas como Netflix escogiesen Madrid para establecer su sede central en Europa o el éxito mundial de títulos fabricados aquí, como 'Élite' o 'La casa de papel', ya permitían atisbar el interés que despierta el mercado nacional. Lo digo porque suele considerarse una industria menor y en algunos sectores políticos incluso se la ningunea y se carga contra ella por cuestiones ideológicas. No deberían. Se calcula que ambas firmas están invirtiendo en la producción de series 160 millones anuales, una cifra sin duda notable.

Luego está lo del público. Nos podrán gustar más o menos pero lo cierto es que en España se han desarrollado un buen número de producciones catódicas con gran aceptación en todo el mundo. Y no es un fenómeno nuevo, como lo demuestran 'Médico de familia', 'Los Serrano' o 'UPA Dance', que se vendieron a más de 20 países y vivieron adaptaciones de todos los colores, o 'El secreto de Puente Viejo', todo un fenómeno en Italia que ha alcanzado territorios menos sencillos en los que entrar como Vietnam. A estos hay que sumar, por supuesto, títulos recientes como 'Las chicas del cable' o 'Vis a vis', que han logrado destacar en un panorama global en la que la proliferación de series es enorme y la competencia, por tanto, considerable. Todo esto debería ser motivo de orgullo, pero no siempre lo es. El seriéfilo patrio en ocasiones desprecia el producto nacional, solo fijándose en aquellos títulos fallidos, sin reparar en los que contienen aciertos, y obviando que en cualquier industria se desarrollan fiascos (solo hay que echar un vistazo a 'The I-Land', uno de los últimos lanzamientos de Netflix).

¿Que falta riesgo? Por supuesto. Para eso, precisamente, se necesitan 'majors' potentes que apuesten por los creadores y un público que respalde sus propuestas. De momento estamos de enhorabuena.

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