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Como es sabido, la sequía ya no existe en España desde hace meses. En la Comunitat Valenciana se están poniendo en marcha sucesivamente decenas de pozos de sequía, que son perforaciones auspiciadas de forma extraordinaria por la Administración para suplir con la extracción de agua subterránea los recursos superficiales que ya no existen, se agotaron, porque llevamos muchos meses, años, sin llover lo suficiente, con lo que se va acumulando un déficit de caudales que lleva a crecientes estrecheces y apuros. Pero no lo digan muy fuerte por ahí fuera, que les miraran raros, si no les dicen que mienten, porque la sequía ya no existe oficialmente en España, de momento, porque se llenaron los embalses, ¿no se enteraron? Y esa es la verdad asumida, lo contrario no cuela, no se apretaron las teclas adecuadas.

En los estadillos semanales que facilita el Gobierno sobre la reserva hidráulica en España pueden verse porcentajes envidiables que superan el 60%, el 70% y el 80% en la gran mayoría de las cuencas. Pero hay dos que están muy por debajo de todo eso, son las pobres de remate: la cuenca del Segura está al 24% y la del Júcar al 28%.

Pero aún hay un dato significativo que indica mucho sobre el paulatino 'empobrecimiento' que sufren las cuencas del Júcar y el Segura. Su situación es peor que las medias de los diez últimos años. Los embalses del Segura tienen 277 hectómetros cúbicos frente a una media de 495, y en el caso del Júcar son 962 frente a 1.284. Y la cuenca del Júcar suma otra cifra más preocupante: es la única que tiene menos agua que el año anterior, 962 hectómetros frente a 968. Hasta el Segura está relativamente mejor que un año antes. Y no digamos las demás. Como que el total peninsular acumula 34.051 frente a 32.716 en igual fecha de 2017.

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