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Septiembre, mes de balances, reproches y propósitos, se está haciendo largo. El noveno mes, que tiene los pies de plomo y no acaba de derretirse a pesar del calor, se está convirtiendo en una prórroga de julio para los doctores de la política, que son los que más se equivocan y más rectifican. Las conversaciones entre el PSOE y Unidas Podemos quizá se estudien en Historia de España dentro de cinco décadas, pero se antojan aburridísimas. Tampoco motivan sus protagonistas, que no descartan dejar el futuro de España para noviembre como si el país fuera patrimonio de los políticos o el tiempo, que está loco y raras veces se pone de nuestro lado, no apremiase a la ciudadanía. Todo esto sucede mientras la rutina postvacacional golpea la puerta de casa y los dioses de la naturaleza emiten señales en forma de huracán 'Dorian', que ha dejado al menos una veintena de muertos en las Bahamas, para recordarnos que el planeta que habitamos no nos pertenece.

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