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Segundas sí, pero... ¿buenas?

Parlamento de papel ·

mamen peris

Lunes, 17 de junio 2019, 10:05

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Que habría pacto del Botánic II, nadie lo dudaba a pesar de la escenificación. Ahora sí, ahora no, ahora me enfado y me levanto de la mesa de negociación porque no me das el trono que anhelo. Esto ha sido puro teatro, puro chantaje. Al final prueba conseguida: poder para todos. Ha triunfado lo que Nietzsche denominaba «la insaciable levedad del ser». Señor Puig, ¿era necesaria esta hipoteca que supone pactar con la extrema izquierda?, ¿por qué premia a Unidas Podemos si la ciudadanía le ha retirado tanta confianza? El resultado es un Botànic más 'podemizado', más radical.

La primera consecuencia del acuerdo de gobierno: el aumento desorbitado del gasto. Se aumenta de 9 a 12 consellerias. Así, no sólo hay más consellers sino también más secretarios autonómicos, más directores generales, más asesores, y más y más... Después no tendrán bastantes funcionarios y luego necesitarán contratar personal laboral. Y de nuevo llegará el enchufismo. Una factura que pagaremos usted y yo. Lejos queda la austeridad, eso ya no se practica en la Generalitat Valenciana.

No quiero dejar pasar por alto que hoy el Molt Honorable Ximo Puig promete su cargo de presidente de la Generalitat. Auguro su compromiso de gobernar para todos los valencianos y valencianas, pero ya no nos lo creemos. En los próximos cuatro años, estoy segura, seguiremos viendo que las decisiones políticas se tomarán desde la ideología, desde el sectarismo, y no desde el interés de todos los valencianos. Repito, de todos.

Si ha sido decepcionante ver reeditar este pacto, más vergonzoso ha sido su gestación y más lunática su presentación en el debate de investidura. Allí el señor Puig defendió un discurso fuera de contexto. Regresó al pasado, al 2015, como si en cuatro años, ellos no hubieran gobernado. Sobre la gestión, se optó por el silencio. Por lo que se refiere a las propuestas, sólo lo que cada uno de sus socios querían oír, y sin extralimitarse demasiado para no enfadarles. Esto es el inicio del Botànic segunda parte, y ya saben lo que dicen: segundas partes nunca fueron buenas.

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