Borrar
Urgente Cuatro muertos, dos en Tarragona y dos en Asturias, por el temporal

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Ví el partido de Copa contra el Ebro desde casa. Hacía mucho tiempo que no veía al Valencia en Mestalla por la tele. Me lo estuve pensando hasta el último momento pero pudo más mi desilusión que mi pasión y esto me preocupa. Ni los anuncios del club recordándonos que si íbamos obtendríamos descuento en el pase la próxima temporada, ni las ganas por ver a los chavales del filial, ni la hora, ni el pensar que si pasábamos ya estábamos en octavos, nada fue suficiente para hacerme cambiar de idea.

Y por si fuera poco nuestro flamante director general, Mateu Alemany, afirmó poco antes del encuentro que el partido de Copa era «irrelevante». Dándome más motivos para quedarme en casa. «Irrelevante», señor Alemany, es la temporada que está haciendo el Valencia Club de Fútbol y, en gran parte, se debe a su planificación y gestión. «Irrelevante» es el papel que este club centenario ha tenido en su vuelta a Europa. «Irrelevante», señor Alemany, no es el adjetivo más adecuado para animar a esta afición desencantada por cómo está transcurriendo la temporada. Quizás no sabe, porque para usted esto es sólo un negocio, que para esta afición la Copa del Rey es tan importante como cualquier otra competición que dispute. Y más, si en el resto de torneos estamos como estamos.

Ver cómo marcaba gol Batshuayi y ni lo celebró. A lo mejor él también pensaba que era un gol irrelevante. Ver a Gameiro retirarse lesionado, sin prácticamente haber tocado un balón en todo el partido. Ver jugar a Cheryshev después de varios meses sin hacerlo por lesión. Prácticamente desde que llegó. Seguir sin ver a Piccini, aunque creo que jugó. ¡Qué ojo tuvo el responsable de estos fichajes! Y no personalizo porque no sé quién es el que ficha en este club. Ahora, como todos mandan, todos planifican, todos fichan, pues eso. Por cierto, Siqueira, Mario Suárez, Vietto y Gameiro, cuatro ex atléticos que han pasado con más pena que gloria.

Tampoco pude ver el partido contra el Sevilla. Y me alegro de no haber estado. La primera pañolada y la primera gran bronca. Cuando estoy en Mestalla y me huelo un final así, salgo antes del campo para no verlo. Que con sólo cinco meses de competición hayamos dicho adiós a la Liga y a la Champions lo dice todo de este equipo y todo lo que le rodea. Me duele decirlo, pero la actual situación me recuerda a otras vividas por el valencianismo y que no acabaron nada bien. Esto tiene muy mala pinta y ojalá la solución fuese sólo el cambio de entrenador, pero me temo que hace falta mucho más.

Esta columna de hoy es una mezcla de sensaciones, de pensamientos, de rabia contenida que llevo dentro desde hace tiempo y que tenían que salir ya, después de un período de tregua. Mi paciencia ha llegado hasta aquí.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios