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El Rincón existe

Tienda de campaña ·

Varias comarcas valencianas viven en la precariedad de los servicios más elementales; y dependen de Teruel, Cuenca o Albacete

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Martes, 14 de enero 2020, 07:48

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Si usted quiere hacer una reserva en Casa Domingo de Ademuz, si quiere dormir en el albergue Los Centenares de Castielfabib, si por lo que sea le interesa hablar con el Ayuntamiento de Torrebaja, no lo dude: usted va a marcar teléfonos que empiezan por 978. Que es, precisamente, el prefijo telefónico de la provincia de Teruel. Y no pasa nada, faltaría más. Pero es un indicio, una clara señal...

Cada vez que oigo hablar de la «España vaciada» me acuerdo del Rincón de Ademuz. Cuando se menciona el partido Teruel Existe, cuando se habla de ese flamante diputado que está dando visibilidad política a una provincia con muchos problemas, me acuerdo de algunos buenos amigos del Rincón, que desde hace años claman contra un insistente abandono administrativo y político en el que lo del prefijo telefónico es apenas una anécdota instaurada hace un montón de años, cuando Telefónica organizó sus redes y la llegada del teléfono era una bendición, tuviera el número que tuviera.

Internet y la telefonía móvil siguen siendo una tómbola en el Rincón: casi nunca te toca. Los expertos de la ciudad dicen que hay que potenciar el emprendedurismo en las zonas vaciadas pero luego vienen los problemas reales. Y no es solo el Rincón, evidentemente: desde la Matarraña hasta Ayora y Navalón hay una franja de territorio valenciano, de más de 5.000 kilómetros cuadrados, que da índices de despoblación y envejecimiento de los más altos de Europa. Y que ni encuentra resortes de respuesta adecuados ni el calor político conveniente...

- Somos apenas un puñado de votos...

La cantinela es antigua. Si una mujer del Rincón de Ademuz tiene que parir puede elegir entre el Hospital de Lliria, hora y media de deficiente camino, o el Hospital Polanco de Teruel, a 'solo' tres cuartos de hora. Si les sale en internet algo de un hospital en Torrebaja, déjelo, porque el asunto va de cuando en la guerra civil crearon uno para asistir a los heridos del frente. Es verdad que ahora hay, por fin, un convenio entre las consejerías de Sanidad de Aragón y Valencia; es verdad que cientos de vecinos fronterizos encuentran alivio, desde Mirambel a Casas-Ibáñez, con desplazamientos cruzados, generalmente bajando hacia el mar... Pero no es un aliciente, no nos engañemos, ni para planear una familia ni para dar estudios a los críos; ni para una dorada jubilación ni para fundar un negocio. En la Canal de Navarrés, en la Serranía y el Rincón, en la plana de Utiel-Requena y en el Maestrazgo entero, escasean y se extinguen las farmacias y no hay mercados municipales; los bancos escatiman sus servicios y los ambulatorios se encuentran con candil. Y si quieren, dedicamos otro artículo a las deficiencias de la educación, que son gloriosas.

Teruel existe, desde luego. Pero no se olviden que en el Rincón y la Serranía, en otras muchas comarcas valencianas, hay gente que depende de Teruel, de Cuenca y Albacete, para lo más elemental.

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