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LA RESACA

CARLOS PAJUELO

Sábado, 23 de diciembre 2017, 08:45

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Vuelta a empezar. Lo he visto. He visto como los gritos de ¡Presidenta, Presidenta! se desplazaban por el aire sobre el conjunto de los integrantes que rodeaban la plataforma naranja, donde una Inés Arrimadas, con voz entrecortada por, supongo, exceso de mítines y la emoción, se entregaba de nuevo en un discurso en el que el acento de los «otros catalanes» venía avalado por los más de 1,1 millones de votos y los 37 diputados conseguidos. No servirán para el cambio.

Fue su minuto de gloria personal obtenido gracias a la contundencia de sus argumentos constitucionalistas. En otro lugar un Puigdemont en el exilio de la huida, oía también el grito de sus seguidores y se recreaba en ello. ¡President, President!

Curiosa una Ley electoral que haga perder a quien haya ganado y de paso quien sabe si arrastrará a unas elecciones generales a un PP fulminado. No tiene ahora, a la vista de los resultados, grupo parlamentario propio en un Parlamento cuya mayoría absoluta está en el independentismo.

Alguien se ha equivocado aquí. Rajoy era hace un mes el Dios de la estrategia y su Gobierno operaba con la táctica de los vencedores y hoy el mismo que estaba en las nubes roza el duro suelo del caído.

La resaca no ha acabado ni mucho menos. Empieza ahora la reflexión para aquellos que han visto sus expectativas truncadas. Las voces sensatas de un Borrell que ostentaba el premio a la argumentación solida, la entonación aguda de un Iceta venido a más con una bien orquestada campaña que ha servido para frenar la caída de un socialismo versión catalán, la apocalíptica dinámica de Tardá, luchador a ultranza por una Republica que parecía condenada al fracaso y que ahora está dispuesta a dar la batalla.

Quizás cambie el contenido del mensaje navideño del Rey a pocas horas de ser emitido y quizás ya grabado. Algunos se empiezan a bajar, los más prematuros, del carro victorioso de un Rajoy que, pese a su templanza gallega, está tocado. Hay política para rato y los augures de las combinaciones se aprestan a organizar sus fuerzas.

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