Problemas con el fuego

Pero, además, incluye otros aspectos polémicos. Uno de ellos es el de las quemas agrícolas, un aspecto que es fundamental para los agricultores valencianos.

En una primera redacción los grupos promotores de la proposición de ley -PSPV, Compromís y Unidas Podemos- se limitaron a trasladar los artículos de la ley estatal sin caer en la cuenta que se pasaba a considerar los restos agrícolas como residuos lo que impedía las quemas.

Finalmente, y tras las quejas de las organizaciones agrarias, los promotores de la ley cambiaron para pasar a considerar los restos agrícolas como tales y no como residuos al contrario de lo que hace la ley estatal. Esto deja en manos de la Conselleria de Transición Ecológica decidir cuándo quemar en casos concretos y con una orden individualizada. Aunque la redacción final de la regulación se ha pospuesto hasta el reglamento de la ley.

En concreto, las organizaciones agrarias pedían que no se consideraran residuos los restos que se producen cuando un arranque de cultivos o una reestructuración del campo. También que se tenga en cuenta las zonas más desfavorecidas o con abancalamientos y los aspectos fitosanitarios. Otra delas peticiones es que haya el número suficiente de gestores para que los agricultores no tengan que desplazarse muy lejos a llevar los restos que no se puedan quemar.

El problema es que este reglamento puede hacerse de esperar. Hay que tener en cuenta de que algunas leyes aprobadas el año pasado todavía no cuentan con el suyo y apenas quedan nueve meses para que termine la legislatura por lo que no parece aventurado afirmar que su aprobación definitiva se puede demorar todavía bastante tiempo.

La pregunta es por qué se pospone la solución defintiva a la publicación de un reglamento y no se reconocen las quemas en el articulado de la nueva ley. Ante esta duda los agricultores confían en las promesas que se les han hecho desde los partidos promotores de la legislación. Porque mientras no se desarrolle este ordenamiento la continuidad de las quemas -de tanta importancia para el sector agrícola valenciano- seguirá en el aire.

Incendios. Mientras se escriben estas líneas siguen activos varios incendios en diferentes puntos de España. Ninguno de ellos afecta a la Comunitat que por el momento se ha librado de esta plaga. Tras el incendio del Venta del Moro, que una tormenta evitó que afectara a las Hoces del Cabriel, y sus 1.300 hectáreas la situación es de tranquilidad.

La Comunitat tiene uno de los sistemas de extinción más eficaces de España y actúa con celeridad cada vez que se produce un conato de incendio. También el coste es elevado. Cerca de 90 millones de euros es lo que cuesta mantener en alerta a todos los efectivos.

Mejor sería que esa cantidad se destinara a las labores de prevención que son más bien escasas. La suerte está acompañando a los gestores pero esta no pude durar siempre. La situación, según señalan los expertos e implicados en la gestión forestal, es la propicia para que se desencadene un incendio de grandes proporciones por el estado de abandono que se encuentra el bosque.

Tal y como dice el refrán: Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar. En la Comunitat únicamente hay que aplicarse el cuento.