Pósters de nuestros hijos

Cumbre informal en la habitación de mi hijo Carlos previa a la comida familiar del domingo en casa. Los cuatro chicos y su señor padre. La Liga se acerca, vuelve el fútbol y hay que ir calentando motores, intercambiando impresiones, midiendo el optimismo y hasta aventurando pronósticos, desde el nos clasificamos para la Champions, seguro, de Álex (alias 'el motivao') hasta el no vamos a entrar ni en la Intertoto si es que sigue existiendo (made in 'el cenizo', o sea, yo). El dormitorio es el que anteriormente ocupó Pablo, el mayor, y Carlos ha mantenido los pósters que en su día colgó su hermano. Así que de repente, entre comentarios de cómo vamos a ver el fútbol a partir de ahora, de si los jugadores llevarán mascarilla, de los sonidos grabados en los partidos televisados y otros chascarrillos más, nos quedamos pensativos al darnos cuenta de que desde las paredes nos observan Hedwiges Maduro o Alexis Ruano entre otros. ¿Qué hacen ahí?, me pregunto. Son de la temporada 2009-2010, la última del Guaje Villa y de Rubén Baraja en Mestalla, dos futbolistas extraordinarios que posan junto a otros que no lo eran tanto... Compartían vestuario. Recuerdo entonces el póster que yo tenía en mi habitación cuando vivía en casa de mis padres, el que publicó la desaparecida revista Deportes de la plantilla que había conquistado la mítica Liga del 71. La fotografía se tomó en El Saler, con los pinos como fondo, junto al parador Luis Vives, según me confirma Paco Lloret, y ahí estaban todos los protagonistas de aquel título inolvidable, desde Abelardo hasta Valdez pasando por Juan Sol o Paquito y, por supuesto, el entrenador, el gran Alfredo di Stefano. Pero también tenían su sitio los actores secundarios, como el tercer portero, Salvador Llopis Soler, 'Cota', con una zamarra de color rojo muy llamativa, un caso que siempre me llamó la atención, nunca jugaba, o yo al menos no lo recuerdo. Es lo que tienen los pósters, ahí están todos, las figuras y los que no lo son tanto, los imprescindibles y los accesorios, las vedettes y los técnicos de iluminación que preparan los focos para que se vea bien a las estrellas. Pero todos han sido equipo y han puesto de su parte, más o menos, en la salud y en la enfermedad, en las victorias y también en las derrotas. Ese Alexis Ruano que nos contempla con su imagen de participante en un Gran hermano edición 2012 marcó un gol en la final de 2008 en el Vicente Calderón. «Pues me acuerdo perfectamente que tú nos dijiste que si se centraba, podía llegar a ser el defensa central de la selección», me suelta de repente Fer. ¿Yo dije eso? Debía de estar bajo los efectos del alcohol... O igual es que él no se centró. Que va a ser eso.