Borrar
Urgente El Parotet, cubierto ya por el andamio para su restauración

Pobre Europa (y 2)

Seiscientos periodistas y nadie le preguntó al capitán del 'Aquarius' por la extravagante ruta que tuvo que hacer

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 1 de julio 2018, 10:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Seiscientos periodistas, como mínimo, se dieron cita en la recepción del 'Aquarius'. Y no hemos visto ni una foto de su capitán, del marino profesional que lo pilotaba. Nadie ha tenido la ocurrencia de preguntarle por la extravagancia de una ruta marítima que a buen seguro desaconsejó... hasta que se impuso la decisión del armador y la primacía del espectáculo de la política.

Los aviones de la OTAN de reconocimiento, esos que llevan una gran seta en el techo, parten de Sigonella un día sí y otro no. Ven cualquier barquito que se mueva, pero sobre todo sobrevuelan Irak, Siria, Afganistán o lo que sea menester, en beneficio de nuestro plácido bienestar de fin de semana. Los izquierdistas radicales se enfadan mucho, pero gracias a eso pueden comprarse chalés y establecerse como familia.

El penoso espectáculo del 'Aquarius', el castigo de proporcionar a los emigrantes cinco días más de patera entre Malta y Valencia dando un rodeo por Cerdeña, se podía haber resuelto con aviones. O con esa fuerza militar de la Unión Europea, complementaria de la OTAN, que no se atreven a crear, porque los países del norte de Europa no quieren saber nada de los problemas del sur. En la magnífica conferencia que el teniente general Gan dio en Capitanía por sugerencia de LAS PROVINCIAS, todos pudimos aprender cómo están las cosas, cuál es el funcionamiento del mundo moderno, quién es más egoísta que su vecino y, sobre todo, qué difícil es el equilibrio de las democracias europeas. Es ese sutil balanceo entre lo civil y lo militar, entre las derechas y las izquierdas, entre el lado norte y el lado sur del Mediterráneo del que ya se hablaba hace más de 40 años -el famoso Diálogo Norte-Sur de Fernando Abril Martorell- que solo despierta aburridas respuestas de periodistas y políticos europeos.

Los problemas de hoy son veinte veces más graves que durante la Transición. El problema de una Europa que empieza a no poder y no querer admitir más refugiados se hace patente cada semana: Italia, Hungría, Austria, Polonia y otros países se niegan a recibir refugiados y Europa empieza a pensar si debería estudiar... qué tipo de sanción les aplica. Son ganas de perder un tiempo precioso: sólo Italia tiene unos 150.000 migrantes que esperan que se les apruebe el estatuto de refugiado político que aquí se podría conceder... a los que acrediten condiciones. El viaje de Sánchez a Paris ha dibujado un proyecto, avalado por una Merkel en apuros crecientes, que refuerza los dispositivos Frontex y contempla «puntos de control» en Europa y África. Todo viene servido con pinzas y entre algodones, con palabras finas y sin que nadie quiera poner dinero.

Los que huyen en patera sueñan con venir a una Europa rica. Pero vienen a una triste, pobre Europa, falta de ideas y de resolución. Mientras, el caldo de cultivo del crecimiento de la extrema derecha está a la lumbre y empieza a hervir. En España también.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios