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PINTÓ A LA MUJER MORENA

PINTÓ A LA MUJER MORENA

Bancaja expone la obra de Julio Romero de Torres, un artista entre el mito y la controversia, cuya imagen ilustró los billetes de 100 pesetas

RAFA MARÍ

Lunes, 30 de septiembre 2019, 07:46

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Moderno y provocador. «Romero de Torres es un artista paradójico, pues consigue ser moderno y provocador por una vía completamente distinta, reinterpretando el mundo del pasado en el que ha crecido», dice el historiador Javier Pérez Rojas en su soberbio estudio sobre Julio Romero de Torres (Córdoba, 1874-1930), publicado en el catálogo de la retrospectiva que Fundación Bancaja dedica al pintor andaluz y que se clausurará el próximo 1 de noviembre.

Un dandy. «Ve lo profundo en lo cotidiano que le rodea», afirma Pérez Rojas de un artista con fama de extravagante, por su forma de ser y vestir. La capa y el sombrero cordobés eran habituales en la vestimenta de Romero de Torres. Fue un dandi, y todos los dandis, como dejó escrito Barbey d'Aureville «es un valiente, pero un valiente que tiene tactoW. En Bancaja puede verse una foto muy curiosa de Romero de Torres (con el hombro desnudo y medio embozado en una capa) que no aparece en el catálogo, cuando su singularidad la hacía merecedora de esa distinción.

Pasodoble. Sobre Romero de Torres gravitan multitud de lugares comunes, a menudo con escasa base real. Hay una visión estereotipada que lo presenta como autor de 'españoladas visuales'. Estrellita Castro fue la primera intérprete del famoso pasodoble 'La morena de mi copla' (1939). Comienza así la canción: «Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena,/ con los ojos del misterio y el alma llena de pena». Esa copla popularizó el nombre del artista, pero no el buen conocimiento de su obra, que entonces y aún ahora sigue siendo fuente de polémicas, la mayoría ya fuera de lugar.

Moneda y Timbre. A la popular copla se añade que en 1954 la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre puso en circulación billetes de 100 pesetas en cuyo anverso aparece un retrato del pintor y en el reverso la imagen de uno de sus cuadros, titulado 'La Fuensanta'. En 1965 editó además una serie de diez sellos dedicada al pintor y su obra. Todo esto ha originado que muchas personas sigan considerando a Romero de Torres 'un artista del franquismo'.

Cómodos y letales. ¿Un franquista? Es algo que los datos reales desmienten de inmediato, ya que Romero de Torres, un hombre liberal y refinado con sensibilidad social y que en varios de sus cuadros entronizó a la mujer caída, murió un año antes de que se proclamase la II República en 1931. Los tópicos nos empobrecen intelectualmente. Son tan cómodos como letales.

Telediario. Julio Romero de Torres, artista entre el mito y la controversia y con una buena dosis de enigmas y contradicciones, sigue interesando a la gente, aunque sea para discutir su pintura. «Con motivo de esta exposición, he salido por primera vez como historiador del arte en el telediario de TVE», afirma Pérez Rojas, que desde 1993 ha revalorizado en varios de sus estudios la obra de Romero de Torres.

Las vividoras del amor. Una de las aportaciones más importantes que hizo Pérez Rojas hace años sobre Romero de Torres fue la inédita y bien argumentada opinión de que su cuadro 'Las vividoras del amor' (1905-1906, imagen de un burdel), es un antecedente del célebre 'Las señoritas de Avignon' (Picasso, 1907). En el catálogo de Bancaja, esa idea la desarrolla magníficamente Pérez Rojas.

Intimidad. »La presentación de las prostitutas en el escenario de su intimidad, en el que tanto son objeto observado como espectadoras de lo que sucede fuera del lienzo, es uno de los aspectos más llamativos e irritantes de Romero de Torres, que se impone igualmente en la obra picassiana», afirma Pérez Rojas. Irritante, aclara, para la moral convencional. «La exhibición de frente y en diálogo con el espectador-pintor como cliente y mirón es uno de los aspectos que da unidad y relaciona a las figuras expectantes de los dos lienzos».

En cuclillas. Alguien podrá decir: «En 'Las señoritas de Avignon' hay cinco mujeres y en el lienzo de Romero de Torres solo cuatro». Pero hay una coincidencia muy reveladora: la posición en cuclillas, en ambas obras, de una mujer situada a la derecha de la imagen. Es famosa esta frase de Picasso: «Un artista copia, un gran artista roba». Sí, Picasso era un gran artista.

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