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Estas pateras no son las del 'Aquarius'

FERRAN BELDA

Jueves, 10 de octubre 2019, 09:02

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Es como si los magros resultados de Compromís, las críticas a su abulia y el manifiesto interés de Mónica Oltra por sustituirle en la alcaldía obligaran a Ribó a sobreactuar. Se pasa los días desdiciéndose. Así en lo portuario como en lo migratorio. En agosto se ofrecía a montar una segunda Operación Esperanza del Mediterráneo con los rescatados por el 'Open arms' en el Canal de Sicilia. Y como acto seguido comenzó el desembarco de Normandía en las costas de la provincia de Alicante, a pesar de que la primera operación, la del 'Aquarius', le salió redonda, Ribó no ha vuelto a hablar del drama de la inmigración ni por saber morir. Es que ni se inmutó cuando el delegado del Gobierno, que pega en Corcuera, explicó en su propia casa, en el ayuntamiento, el procedimiento que están siguiendo las fuerzas del orden con los inmigrantes ilegales al término de la reunión de la junta local de seguridad. Se les toma la filiación -aclaró- y, si procede, se les abre un expediente de expulsión. Y a otra cosa, mariposa.

Pero así como apenas unos días antes, el titular de la 'Ciutat Refugi' -así la declaró en 2015- le habría salido al paso. Tan lejos como el 4 de agosto declaraba que «es un deber ético y humano» acoger a «las personas que arriesgan sus vidas huyendo del terror, la guerra y la miseria». El 30 de septiembre dio por bueno el expeditivo proceder del poncio con los que huyen de la explosiva situación que se vive en Argelia, tal como, por otra parte, pronostiqué que ocurriría hace medio año. Al parecer el tambor argelino no es tropa. Aunque el riesgo que corren quienes utilizan esta ruta es el mismo. Siete personas desaparecieron al volcar una embarcación, otra amaneció vacía en alta mar... No quiero pensar que la diferencia estriba en que a bordo del 'Open arms' viajaba un equipo de RTVE y en las barquichuelas que están arribando a la Marina no cabe un alfiler.

Lo que tampoco es de recibo es que el Estado adquiriera un costoso Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) y que, por las razones que sea, su efectividad no difiera de la que brindaban las torres vigías ordenadas construir por Carlos I y Felipe II. Saber que las mafias aprovecharon la oscuridad de la luna nueva para fletar más pateras nos devuelve a los tiempos en que se encendía una hoguera en el Micalet para avisar de un ataque pirata. La Guardia Civil no puede sospechar que uno o varios buques de apoyo acercan las pateras a la Península y que el Ejército del Aire y la Armada no hayan movilizado aún los medios necesarios para confirmarlo. Cualquiera puede seguir desde su casa la evolución del tránsito marítimo en portales como marinetraffic.com, vesselfinder.com/es, etc., ¿y el CNI, que se supone que tiene sus ojos puestos en el Magreb, aún no sabe quién, cómo y desde dónde trafica con la miseria ajena?

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