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Urgente Muere el mecenas Castellano Comenge

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Qué fácil resulta burlarse de las tradiciones cristianas. Con la misma valentía con la que no se atreven a hacerlo de otras religiones. Izquierda Unida decidió felicitar las fiestas en las redes sociales con un árbol de Navidad en llamas rodeado de viandantes que huían. La imagen era de 2008, cuando radicales griegos quemaban un arbusto en una plaza de Atenas. Esta actitud de desprecio contrasta con la atención desde la formación política a otras festividades. Por ejemplo, la celebración del Ramadán fue reverenciada por sus dirigentes. El propio Alberto Garzón decía: «Deseo un tiempo de alegría para todas las personas musulmanas». Y así debe ser, pero el diputado ha debido olvidar que estas fechas también son un motivo de alegría para todas las personas católicas. Si de tan mal gusto fue el tuit en plena Nochebuena, la justificación tras el aluvión de críticas ya es de traca. Aducían que se trataba de un trance de «creatividad» del community manager y que con la imagen se pretendía «protestar por los recortes que siguen vigentes en España». ¡Ole tú! Si alguien encuentra la correlación que me la haga llegar para ajustar mis ideas, porque las debo tener desviadas. Yo creo que como el Pisuerga pasa por Valladolid, pues a meterse con la creencia católica, que es gratis y resulta hasta esnob. Esta significación de 'cristianofobia' de Izquierda Unida, en cambio, sí tiene una ligazón con los islamistas radicales, que el año pasado incendiaron un árbol navideño en Bruselas al grito de «Alá es grande». Pero parece importarles poco o nada. El respeto no entiende de religiones o culturas, entiende de educación. Y las formaciones políticas se han llenado de gente sin oficio ni beneficio. Algunos de ellos entraron de cachorros y allí han vegetado con un sueldo público, con nula formación y menos méritos.

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