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LA CIUDAD ABANDONADA

CAP I CASAL ·

Para tratar bien a las personas hay que hacerlo antes con los animales, lo que no pasa en el refugio municipal de Benimàmet

Paco Moreno

Valencia

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Lunes, 11 de junio 2018, 10:54

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Dicen que en Valencia hay más casas con mascotas que con niños, una manera clara de constatar que a los vecinos de esta ciudad nos gustan los animales. A partir de ahí, no entiendo que el gobierno municipal mantenga el refugio de perros y gatos de Benimàmet en unas condiciones tan lamentables.

Afirmaba la concejala de Bienestar Animal, Glòria Tello, en el último debate plenario que han invertido 110.000 euros los últimos dos años. Nadie discute eso, pero sólo viendo el estado de las jaulas, la suciedad y el hacinamiento está claro que es insuficiente.

El gobierno tripartito y en particular Compromís llegó con la vitola de crear una concejalía específica para los animales, pero el resultado ha sido desolador. Tres años después, la saturación del refugio roza lo inhumano con perros atados en los pasillos, gatos enjaulados y voluntarios que no dan abasto para sacarlos a pasear por la huerta de los alrededores.

El alcalde Joan Ribó participa este miércoles en el primer congreso municipal por el bienestar de los animales de compañía que se celebrará en Silla. El primer edil hablará del proyecto de refugio en el área metropolitana, que se supone avanzado, aunque el común de los mortales desconoce ubicación, plazos y presupuesto. De momento sólo se ha sumado Torrent a esta iniciativa con la firma de un protocolo que concreta poco o nada.

Seguro que a Ribó le hubiera gustado presentarse en las jornadas sin guardar en la retina las fotografías que publicó la semana pasada este periódico, con quirófanos iluminados por una mísera bombilla, colchonetas sucias en la sala de curas junto a cubos de basura o jaulas oxidadas y rotas sujetadas con bridas de plástico. Con los toldos que intentan proteger a los perros enjaulados en los boxes, aquello parece cada vez más un campamento de refugiados.

Cierto es que ha mejorado bastante respecto a lo que sucedía hace 30 años, pero eso ha sido en todo. Recuerdo el cartel que había en la puerta de la antigua perrera, que invitaba a los que llegaban fuera del horario de atención al público que tirasen a los perros encima de la puerta. Pero entonces había barrios sin farolas, ni centros de mayores, ni jardines.

Ahora, con un Ayuntamiento que nada en el superávit, al que todos los años le sobra el dinero porque es incapaz de gastarlo, todos entenderían que Tello hubiera pedido desde el minuto uno un solar en otra parte de la ciudad para construir un segundo refugio. Una instalación metropolitana es como querer matar mosquitos a cañonazos, que no estamos hablando del transporte público ni la recogida de basura. Simplemente, un recinto adecuado para medio millar de animales, con un presupuesto actual de 430.000 de euros. Vamos, lo que debería ser una gestión de las más sencillas para la tercera ciudad de España.

Además, en el supuesto de que esa idea salga adelante, ¿Significa que los vecinos de Valencia tendrán que ir a Torrent para adoptar un perro? ¿Y los de Torrent venir hasta Valencia? Vuelvo a echar mano de la hemeroteca de LAS PROVINCIAS para afirmar que en el último año no se ha hecho nada por el transporte público metropolitano. Y lo que queda en esa situación.

Pero eso sería avanzar en la gestión, lo que no abunda al observar las jaulas de perros protegidas de la luz del Sol con cartones y maderas. Tres años perdidos quejándose del problema heredado y las condiciones del contrato. Es lo mismo que el segundo ecoparque en Valencia para llevar los residuos de reciclaje, un equipamiento que entra en la leyenda urbana. Antes estarán las calles llenas con el quinto contenedor que veremos la instalación por parte de un gobierno que se declara ecologista.

Pasa el tiempo y los animales siguen hacinados. Nos hizo mucha gracia a todos que el Ayuntamiento presentara para las inversiones votadas por los vecinos la construcción de un recinto para gatos, como si tuviera que recurrir a eso cuando no era para nada necesario. La idea pasó el primer corte y se mantuvo en cabeza hasta que en la votación final se quedó sorprendentemente fuera por un centenar de votos, lo que aumenta la leyenda del gafe en este asunto. Desde entonces, sin noticias de que lo vaya a realizar por iniciativa propia. Claro, que tampoco hay mucha prisa con los elegidos porque en ninguno de los doce seleccionados han empezado las obras, ni siquiera en la construcción de wáteres públicos en el jardín del Turia, lo que tampoco se presume como una obra de ingeniería muy complicada y que requiera un concurso internacional. Debe ser cosa de las meigas.

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