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La Navidad sin más

El belén, el nacimiento de Jesús, no puede aislarse de lo religioso. Es justo lo único que no puede hacerlo

María José Pou

Valencia

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Sábado, 1 de diciembre 2018, 10:15

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Hay formas de hacer el ridículo; otras de quedar como la chata y, luego, algunos políticos. Es el caso de la airada reacción de PSPV y Compromís en el Ayuntamiento de Alicante tras la bendición del belén municipal por parte de un sacerdote. La alergia a lo religioso es harto conocida y no nos puede sorprender. Entra dentro de lo normal que algunos políticos rechacen la presencia de un sacerdote en un acto municipal. Sobre todo en periodo sospechoso como el actual. Pero es verdad que resulta comprensible la molestia tratándose de un recinto municipal, aunque innecesaria tanta prevención, como si los curas fueran hooligans del River. Podemos dar un paso más y, aunque sea incoherente, dar el sí a la representación artística del nacimiento de Cristo en el ayuntamiento pero no a quienes explican su sentido. Lo que insulta a la Razón es el argumento de «no mezclar la Navidad con la Religión, ya que la Navidad es la Navidad sin más». Cuentan las crónicas que lo dijeron así, aunque me cuesta aceptarlo. Lo entendería para el 'caganer'. No mezclemos el apretón con la religión, podríamos decir, siempre desde el máximo respeto. Pero no mezclar la religión con un ángel, un niño considerado dios y un coro celestial que entona el «gloria a Dios en las alturas» se me hace francamente difícil.

Si el concejal dijera que no hay que mezclar el solsticio de invierno con la religión, no diría yo que no, aunque los fieles de Wicca quizás no estén de acuerdo. Ellos, muy poco cristianos, celebran el paso de la tierra por el punto más alejado del astro Sol, y nunca han tenido ni remoto interés por la Navidad ni van plantando belenes por ahí. Si el concejal, atento a no ceder ante la religión mayoritaria, hubiera preferido instalar un altar al Sol y entonar cantos al dios Amón-Ra, su insistencia en separar estos días de la Navidad me parecería coherente. Me preocuparía su incapacidad para apreciar que el culto al Sol no deja de ser un culto, pagano, pero culto al fin y al cabo, si bien aceptaría su rechazo al culto a Jesús. Debería, eso sí, tener cuidado con el clero tebano que se inmiscuía en la política egipcia mucho más que el pobre cura bendiciendo un belén. Que se lo digan a Akenatón que se la tenía jurada. Cada cual que crea en lo que quiera. Ahora bien, separar la Navidad y la Religión como concepto da error 505. No seré yo quien le quite la ilusión, pero la Navidad tiene algo que ver con el nacimiento de un dios. La Navidad no es pagana, aunque lo desee el concejal. Es verdad, como dice, que el belén trasciende el hecho religioso pero lo que obvia el concejal es que no lo anula, muy al contrario, lo pone en valor. Cualquier otro elemento de la Navidad -la comida familiar, los regalos y hasta el árbol- pueden entenderse sin sentido religioso, pero precisamente el belén, el nacimiento de Jesús, no puede aislarse de lo religioso. Es justo lo único que no puede hacerlo.

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