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Urgente Vuelven a envenenar el ficus de la plaza de España

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Algunas decisiones o declaraciones, también algunos anuncios, tienen mucho más de síntoma, de indicio de que algo se está cociendo, que de contenido en sí. Esta semana hemos asistido a diversos ejemplos. El vuelo en Falcon de Pedro Sánchez para reunirse con Ximo Puig y darse una vuelta por el FIB es uno de ellos. El presidente del Gobierno tiene todo el derecho, y seguramente la recomendación planteada por los responsables de seguridad de Moncloa, de viajar en unas condiciones determinadas. No percibir que un viaje que se aprovecha para acudir a un concierto con los amigos va a generar polémica es un síntoma de falta de reflejos. O del propio líder del PSOE, o de quién no le hace ver que la decisión puede ser equivocada. En estos dos meses, Sánchez ha tenido que desandar ya alguna senda, como esa que inició en el debate de la moción de censura cuando advirtió de que no habría reforma de la financiación autonómica esta legislatura. No percibir la asfixia de las CC AA, por cierto muchas socialistas, y utilizar únicamente el criterio del calendario, y no el de la política, constituye un patinazo que el presidente de Asturias, Javier Fernández, ayudó a evidenciar. El PP valenciano se ha encontrado también con un indicio preocupante. La designación de Vicente Betoret como Secretario de Política provincial en la nueva dirección nacional no significaría tanto para Isabel Bonig si no viniera acompañada de la salida de ese órgano de Eva Ortiz y Pepe Císcar. La líder de los populares de la Comunitat ya ha verbalizado su descontento, señal que ha permitido corroborar que la relación entre la nueva dirección nacional y la del PPCV empieza mal -y quedan diez meses para las elecciones-. Y luego está eso, lo del adelanto electoral. Leo que el presidente de la Generalitat ha tanteado a algunos cargos y dirigentes de su partido sobre la posibilidad de avanzar las autonómicas. No es la primera vez. Puig contempló seriamente ese escenario y barajó incluso la fecha del 16 de diciembre para la cita cuando Montoro y Rajoy se empeñaron en no sacar adelante la reforma de la financiación. Ahora que pasa un poco lo mismo, el PSPV no puede construir ese mismo discurso porque es el PSOE el que gobierna en Madrid. De manera que el indicio al que apunta el debate sobre el adelanto electoral tiene que ver más, probablemente, con las razonables tensiones existentes en el seno del Consell del Botànic. Cierto es que convocar unos comicios con el argumento de que no se aprueben los presupuestos de 2019, hecho que no se conocerá hasta diciembre, obligaría a celebrarlas en marzo, cosa poco probable. Así que a lo que suena el anuncio es a globo sonda dirigido al despacho de la vicepresidenta. Un indicio de que el mestizaje, sí o sí, se está deteriorando.

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