EL LÍMITE

Hace algunos años compartiendo una comida con el sr. Pérez Puche, a la sazón afamado periodista y cronista de esta noble ciudad, refirió a quienes estábamos allí, una anécdota de algún viaje que hizo a los USA.

En un determinado momento, siendo él pasajero de delante del vehículo, observó en el frontal interior una pequeña bandera del país americano que podía correr, digo yo, el riesgo de caerse al suelo en una frenada brusca etc. y la colocó en la parte baja de su asiento de copiloto. Y héteme aquí, contaba, como el conductor entró en semi cólera aduciendo que cómo era posible que él hubiera puesto la bandera de su país abajo.

Surgió el aluvión de intervenciones de nosotros los comensales. Supongo que el sr. Puche devolvería la bandera a su sitio original y pediría excusas. ¿Qué hubiera dicho o hecho, si allí alguien en privado o más en público, se hubiera limpiado los mocos en la bandera?

Ustedes mismos.

Ahora me acaban de enviar uno de esos vídeos, al controvertido 'WhatsApp', que muestra la figura, la foto de medio cuerpo de la exalcaldesa de la ciudad de Valencia, invitando al receptor a una fiesta el día 23 de noviembre, segundo aniversario de su desgraciada muerte, para celebrarla. En la foto se ve a doña Rita enarbolando en cada dedo una botella vacía del revés de whisky y, a su alrededor, una serie de platos de tortilla semejando a naves volantes frente a un aspecto marciano de la edil que aparece con la cara de color verde. Se habla en el texto de la causa de la muerte por cirrosis hepática.

Dan un horario, una dirección y un día y un supuesto grupo musical y una prohibición de entrar a los 'yayoflautas'.

¿Alguien me puede decir cuál es el límite a la libertad de expresión?