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Julio, que arranca hoy, y agosto son meses en los que parafrasear a Fernando Pessoa con aquello de «vuelve mañana, realidad» y «aplázate, presente». Las vacaciones son o deberían ser una desconexión de la rutina, un paréntesis en la resolución de problemas propios o ajenos, un escaqueo en el cumplimiento de horarios, una disolución de las urgencias profesionales y familiares, una conspiración a favor de una misma y un tropiezo frecuente con la felicidad. El verano puede ser una oportunidad para pasear por las calles en volandas o tomarse un café con la vida, como en la canción de Joan Manuel Serrat. El cantautor ofrecerá dos conciertos en Valencia el próximo septiembre. Para entonces la fiesta estival se habrá terminado y, como canta el artista catalán, volverá el pobre a su pobreza, el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. A veces se nos olvida que, además de opiniones sensatas sobre la actualidad política española, Serrat posee un puñado de buenas letras.

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