Borrar

HAPPY POLÍTICA

FERRIOL MOYA

Sábado, 12 de enero 2019, 11:07

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La RAE define 'patinar' como la acción de deslizarse o ir resbalando con patines sobre el hielo o sobre un pavimento duro, llano y muy liso. En su quinta acepción, no obstante, explica que coloquialmente se utiliza también para hacer referencia a cuando se pierde la buena dirección o la eficacia en lo que se está haciendo o diciendo. Ignoro si la flamante candidata del PP a la alcaldía de Valencia, María José Català, considerará que esa reiterada mención que hizo el jueves del legado de Rita Barberá fue o no un acierto, a la vista de la airada y previsible respuesta de la familia de la exalcaldesa. No está el horno para según qué inventos. Y quizá los discursos 'de toda la vida' ya no triunfan tanto como antes de la reprobación de Barberá -a ver cómo lo gestiona hoy Casado-. Leo también que algunos de los más estrechos asesores del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, mantienen reuniones de forma más o menos periódica con cargos independientes del Gobierno valenciano para diseñar, o eso se pensó inicialmente, una especie de movimiento civil de defensa de la figura del líder de los socialistas valencianos. Huele bastante a naftalina la propuesta, a esa política de hace una década que pretendía encontrar fuera del partido lo que no se sabía cómo aportar desde dentro. No hay espontaneidad en ningún movimiento de la sociedad civil. Se trata de vestir con apariencia lo que no es más que la respuesta a la pérdida de credibilidad de las organizaciones políticas. Pero claro, sin decírselo al partido. No deja de resultar chocante que Presidencia se ponga a buscar fuera del PSPV cuáles deben de ser sus principales propuestas programáticas para las próximas elecciones. ¿Ellos no tienen? ¿El partido no celebra congresos y conferencias precisamente para aprobar las propuestas con las que concurren a las elecciones? Atrevidos que han decidido tratar de hacer política desde los partidos pero sin ellos ha habido toda la vida. Lo grave es que ocupen según qué responsabilidades. La 'happy política' en los tiempos que corren recuerda al buenismo aquel con que Zapatero, es verdad, ganó dos elecciones. Pero con el que también se negó a reconocer la crisis económica que se venía encima y con el se quedó retratado de por vida. Políticos de regate corto, inventores de la nada y teóricos que no han ganado una batalla en su vida. Andalucía debería de servir para obtener conclusiones sobre un giro sociológico que trasciende de la vidilla de las redes sociales, que ya no se fía de promesas y de los discursos oficialistas del «tú di esto y te los llevas de calle». Muchos años de hacer una cosa y decir otra. De querer quedar bien en lugar de asumir la realidad. Cesarismos de piernas cortas. Políticos aquejados del mal de la moqueta. Mucho Borgen.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios