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LO QUE EL FÚTBOL NO VE

KIKE MATEU

Miércoles, 6 de junio 2018, 10:28

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Las personas y sus profesiones. Nadie pone en duda que el rendimiento profesional de cada uno de nosotros depende de nuestro estado anímico. Nuestros problemas familiares, nuestro entorno laboral y un millón de cosas más condicionan nuestro rendimiento. Me pasa a mí, le pasa a usted que está leyendo esto y nadie pone en duda esa una verdad irrefutable. Pero cuando hablamos de un futbolista todo cambia. Si uno es famoso, millonario y jugador de fútbol cambia la percepción de las profesiones y las personas. Ya no valen los problemas personales para justificar el rendimiento.

Les cuento esto por Luciano Vietto y su rabiosa actualidad. Sabido es que el Valencia no ejercerá la opción de compra y regresará al Atletico de Madrid de forma oficial como estaba previsto internamente desde que finalizó la temporada. Pero lo que seguro no saben es lo que ha sentido Vietto en su paso por el Valencia y que hoy les voy a contar. Vietto, dada su relación con el entrenador blanquinegro, Marcelino García Toral, le contó un día lo que sentía.

Y le puso como ejemplo a André Gomes en el Barcelona. Le confesó que se sentía en el Valencia como el portugués en Camp Barça. Que se identificaba plenamente con la ansiedad que desveló André Gomes a corazón abierto en una entrevista y que su rendimiento en Valencia había ido menguando a medida que la presión se había apoderado de él. Que ya no salía al campo a jugar si no a no fallar otra vez. Que las piernas respondían a la ansiedad y no al talento. Y que, para desgracia de todos y de él el primero, su rendimiento había sido mediocre por culpa de las mochilas que le pesaban en su cabeza.

Interesante descubrimiento que me hace reflexionar. No siempre importan los millones que ganes ni la vida fácil que tengas. A todas las personas les afecta la cabeza más allá de su bolsillo o su fama. Son profesionales, sí. Pero son personas. Se nos escapa su mundo tras los partidos y eso genera importantes injusticias.

No digo con esto que Luciano Vietto debiera seguir en el Valencia, cuestión que corresponde deportivamente a Marcelino García Toral. Pero quizá con un poco de autocrítica deberíamos pensar en estas cosas cuando analizamos el juego de tal a cual jugador. Me pasó con Dani Parejo en su día y me vuelve a la cabeza tras conocer la confesión de Vietto al entrenador blanquinegro. Somos -en general- presos de lo que vemos e ignoramos lo que no. Un error humano del que hay que tomar nota para ser justos y precisos. Con estos deberes mi columna se va de vacaciones. Disfruten del Mundial de Rusia. Y del mercado en el Valencia, si es posible.

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