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ES UNA ETAPA PARA DISFRUTARLA

Con llegada ·

FERNANDO GÓMEZ

Miércoles, 25 de octubre 2017, 09:51

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Es una verdadera pena que el formato de la Copa del Rey sea el que es. Los equipos de superior categoría, sabedores de que van a pasar porque son mejores y disputarán el partido de vuelta en su estadio, no juegan con la mayoría de titulares, y los equipos de inferior categoría, sabedores de que serán eliminados finalmente, tampoco juegan estos partidos con sus mejores hombres. Total, eliminatorias absolutamente carentes de interés y partidos verdaderamente tediosos y aburridos en la mayoría de los casos.

Bien es verdad que tratándose del Valencia, y en el momento en el que se encuentra, compromiso que dispute, sea el que sea, gozará de un seguimiento casi enfervorizado. Y, por supuesto, está justificado. Se está viviendo una etapa realmente fantástica del equipo, y así hay que disfrutarlo, en cualquier partido y ante cualquier rival. Oportunidad para jugadores que están menos minutos sobre el terreno de juego, Nacho Vidal, Nacho Gil, Lato, Santi Mina, y principalmente Orellana y Maksimovic, componiendo una alineación de absoluta garantía para el enfrentamiento del que se trataba. En lo referente a Orellana, muy participativo, mostrando interés por agradar. Suyas fueron las principales acciones peligrosas, y sin hacer un partido como para tirar cohetes, totalmente justificado por su inactividad, estuvo entre los protagonistas del choque. Maksimovic debería soltarse más. Es joven, pero la primera palabra que me viene a la mente para definir su actuación es correcto. Y eso no es bueno, juega de mediocentro, su papel debe ser principal, asumir más riesgos y verticalizar más sus pases. Tampoco está jugando mucho, por lo que también goza de nuestra paciencia y esperanza por verle jugar mucho mejor.

No realizaron un juego demasiado atractivo, pocas ocasiones de gol, ataques relativamente lentos, previsibles, errores técnicos en pases o controles, no hicieron de este partido algo para recordar. Pero el Valencia cumplió con su papel. Ganó sin sobresaltos, no encajó gol, y dejó la eliminatoria vista para sentencia. En general, una mejor primera mitad, aun sin goles, y una segunda parte en la que el equipo local pudo adelantarse en el marcador, llegando a dominar tanto en el juego como territorialmente.

Hasta que llegaron los cambios. La entrada de Rodrigo, Carlos Soler y Guedes acabó por neutralizar cualquier posibilidad del conjunto maño, y marcó la diferencia para el Valencia. Cuando mejor lo hacía el Zaragoza, llegó el gol de Rodrigo, tras un saque de esquina. No sé si ensayado o no, pero eso sí, bien ejecutado por las partes. Siempre agrada a los entrenadores marcar en jugadas a balón parado. Siempre reconforta tras haberlo entrenado.

Minutos para muchos, oportunidades para todos, descanso para otros y objetivo cumplido. Pensar que todavía se debe jugar el partido de vuelta incomoda pero, aún quedan varias semanas. El Valencia sigue en buena línea, y no ha permitido que una eliminatoria propicia para la relajación variara su trayectoria.

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