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Urgente Supermercados abiertos este Viernes Santo en Valencia: Horarios especiales

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Los partidos deberían sincronizar la retirada de su propaganda electoral con el escrutinio. Que el amanecer nada sepa de cuanto envolvió la noche. Como cualquier 20 de marzo en Valencia, como un domingo sin resaca. Nos habrían ahorrado así este lunes de socarronería y compasión, sensaciones entrecruzadas al deambular bajo hileras de carteles dispuestos cual nichos, la sonrisa artificial de Pablo Casado iluminando ese profético 'Valor seguro'. Es justo lo que va a necesitar el líder del PP, armarse de valor ante la que se le viene encima. Seguro. Si nos lo llega a decir nuestro espejito mágico hace cuatro años, habríamos corrido a por el limpiacristales. Pedro Sánchez, objetivo predilecto de las chanzas, acorralado entre los suyos, ninguneado por los rivales, galopa a lomos de un PSOE ganador. Doble resurrección. Mucho se habla de la influencia de su autoconfianza, y así será, pero otros argumentos ignotos subyacerán tras esa pátina de amor propio para sostener la hegemonía del presidente sin carisma. Algún mérito habrá que reconocer a este hombre, al margen de admitir que no ha coincidido con la mejor generación de adversarios políticos. Le etiquetaron como okupa; dijeron de él que no perseguía más objetivo que gobernar quince minutos y granjearse un sueldo vitalicio; enfatizaron su ineptitud para el debate, kriptonita en un mundo de imágenes donde la única verdad es la que entra por los ojos; recopilaron sus vaivenes y promesas incumplidas... Todo eso y mucho más, pero el caso es que si nada se le tuerce llegará a las próximas generales con casi tantos kilómetros como Rajoy. A él, a Mariano, debería mirar el PP por su obstinación en no dimitir, mecenazgo para un nuevo régimen que ni estaba ni se le esperaba. A él y a sus estrategas, enrolados en una guerra suicida por ver quién se sienta más a la derecha, dejando baldío el centro que tanto costó colonizar, sin percibir que en algún momento se acabaría el banco y alguien terminaría con el culo en tierra. El discurso del miedo ha sido una banda sonora magistralmente interpretada por Sánchez. La música es suya, pero la letra se la han dado escrita.

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