Mañana se presentan oficialmente los carteles del abono de Fallas. LAS PROVINCIAS ya los publicó con gran alarde tipográfico en su primera página a raíz ... de ser presentados al presidente de la Diputación para su aprobación. A la dirección de este diario hay que agradecerle haber tenido guiño tan generoso y oportuno en la vuelta de la los toros al palenque del Cap i Casal. En conjunto, las combinaciones fueron aplaudidas, pero también se señalaron debilidades.
Entre las más notables se marcaron la escasa presencia de novilleros salidos de la Escuela de Tauromaquia, el muy medido número de festejos, el severo trato dado al valenciano Román y, por parte de aficionados con buena memoria, a los que se suma quien escribe esta modesta columna, se comenta con notable pesar la ausencia de Paco Ureña, tan querido, respetado y valorado por la parroquia valenciana.
En lo que se refiere a los novilleros, al número de festejos, o al trato recibido por el diestro de Benimaclet, poco se puede decir más allá de que a la nueva empresa, de entrada, le ha faltado cierta dosis de empatia para con lo nuestro, porque ha cumplido con los mínimos que le exige el pliego redactado por diputación. Sin embargo, el olvido del diestro de Lorca, sí hay que marcarlo como agravio y como tal extenderse en matizarlo.
Esta ausencia, en una primera valoración, también denota que a la empresa Nautalia, le ha faltado conocer algunas de las claves que hacen a esta plaza que sea especial. Aquí, cuando un torero se entrega como es el caso del murciano, con una trayectoria presidida por una sincera entrega, teniendo en momentos pasajes épicos, cuando falta su nombre en los carteles, es lógico, y justo, que se le reclame.
Como también es lícito que quienes conocen las fortalezas de esta plaza, señalen como déficit de los nuevos gestores, que hayan dejado libre el 20 de marzo en favor de la Magdalena. Lo positivo de estas deficiencias, es que tienen cuatro años o más, para enmendarlas.
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