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Urgente Bertín Osborne y Taburete, entre los artistas de los Conciertos de Viveros 2024

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Si ustedes vieron la primera temporada de la serie 'Narcos' quizá se fijaron. Más allá de la trama electrizante narrada con el vertiginoso ritmo del Scorsese de 'Uno de los nuestros', mis tímpanos gozaron al escuchar la pulcritud del idioma expresado. Toda la riqueza del español en la boca de los sanguinarios narcotraficantes y de sus despiadados sicarios. Asesinaban, sí, pero sin masacrar el idioma y empleando una exactitud rotunda. Energúmenos de la calle sin instrucción acádemica mimando, arrullando, cuidando y defendiendo nuestro idioma. La amante televisiva de Pablo Escobar, en un momento determinado, osa basurear viperina a su legítima esposa. Escobar, desde su mirada asesina le suelta harto severo: «¡No me irrespete usted a mi señora!». Lo fácil sería decir no le faltes el respeto a mi señora, pero ajusta las tuercas con el verbo «irrespetar». Extraordinario. Sensacional. La parla española en Colombia resulta una delicia absoluta y deberíamos de tomar ejemplo. Ahora aterriza en la carrera de los 'oscars' el largometraje de Cuarón 'Roma' donde sólo se habla español. Nuestro idioma en el epicentro del imperio anglo justo con Trump de máximo gerifalte. Quizá algunos descuidan lo importante de la jugada... Pero sería de necios desaprovechar este tirón, esta cabeza de puente, esta cornada que, por fin, propinamos. Observe el lector este detalle: en nuestras librerías más de la mitad de los autores son anglos, y la mayoría de ellos son pura porquería que han traducido; en cambio en las librerías anglos no encontramos ni un 3% de autores hispanos traducidos. Nos venden su mugre pero nuestros primeros espadas apenas penetran en aquel inmenso mercado. Nos apabullan, nos someten, y tragamos bajo la bota del imperio. Ojalá gané 'Roma' y esto sirva de pequeño pero eficaz punto de inflexión.

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