Que los motivos por los que Cayetano no haya estado anunciado en las ferias de Valencia y Castellón, ha sido pregunta frecuente entre los aficionados, ... está constatado. Tratándose de un torero con sus atractivos -personalidad, carácter y compromiso dentro y también fuera de la plaza-, es lógico que su ausencia haya llamado la atención hasta preguntarse por las razones que la propiciaron.
En su caso está claro que las ha habido. Cuando iba a cerrar la última temporada antes de la pandemia, de forma triunfal tras haber conseguido salir a hombros de plazas tan emblemáticas como las de Alicante, Málaga, Ciudad Real, Santander, Salamanca, Logroño o Pamplona, en esta última al lograr cuatro orejas de una corrida de Núñez del Cuvillo, se hizo presente en su camino todo un rosario de percances que le han ido impidiendo cumplir los compromisos contraídos, el último el de Valdemorillo.
Ese calvario de dolor y sufrimiento se sumaba a otro no menos dañino para mantener viva la siempre codiciada actualidad de los éxitos, el insufrible confinamiento que hemos padecido. Demasiado desgaste. Pero como no hay mal que cien años dure, ya el pasado sábado reapareció en Andújar, confirmando todo lo bueno que los tambores del campo han venido anunciando desde que comenzó la preparación: Vuelve la mejor versión de Cayetano.
Su punto y seguido en plazas de primera, comenzará el día 5 de mayo en Sevilla. Ese jueves de farolillos trenzará paseíllo para lidiar un encierro de la familia Matilla junto a Diego Urdiales y Emilio de Justo. Compañeros con años de experiencia pero que, precisamente durante la vigilia que hemos sufrido, se han postulado como novedades de máximo interés. Antes tiene hasta seis compromisos que cumplir, pero la cita hispalense, me atrevo a aseverar que para este Cayetano Rivera Ordóñez, un tanto dolido en su orgullo de figura, no va a ser una tarde mas. Así que rematamos exclamando. ¡Ojo con Cayetano!
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