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Poner la alarma del despertador a la misma hora de lunes a viernes, cumplir el ritual doméstico (desayuno, niños, gimnasio, trabajo, etcétera), añorar las jornadas con sobredosis de tranquilidad, vivir pegados al reloj, llegar a casa con la sensación de haber sorteado el apocalipsis laboral, familiar o de otro tipo, echar de menos los días de holganza, las tardes de enajenación mental transitoria y las noches de verano... La rutina ya está aquí y, sí, resta tiempo para conspirar a favor de uno mismo, pero es la base de cualquier vida. Si no estás a gusto en tu cotidianidad, dicen los expertos, lo tienes mal. Hallarse y encontrarse en las costumbres es fundamental. ¿Cuáles son los hábitos que nos benefician? Cada persona tiene los suyos, pero hay que saber dar con los que nos sientan bien. Quizá tenga razón Carmen Laforet, quien hubiera cumplido 97 años el pasado 6 de septiembre, cuando escribió en la novela 'Nada' que «unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, otros para mirar la vida».

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