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El mundo seriéfilo es caprichoso. Cuando parecía que habíamos convenido que uno de los mayores disfrutes de los nuevos tiempos era disponer de todos los capítulos de una serie para poder consumirlos como quisiéramos (de forma escalonada o del tirón, en modo atracón), ahora resulta que estamos redescubriendo las virtudes de los episodios semanales. Mira que habíamos renegado de lo de tener que esperar, que nos sublevamos contra las cadenas por decirnos cuándo seguir con cada título, que reivindicamos la anarquía para deglutir ficción de la manera en que nos diera la gana... Tanta lucha para acabar regresando a la casilla de salida a apreciar la forma en que nos administraban las series antes.

Netflix trajo consigo un significativo cambio en los hábitos de los espectadores al ofrecerles el mismo día del estreno todas las entregas de aquello que querían ver. Así los fans de 'House of cards', 'Stranger things', 'Orange is the new black' o 'Por 13 razones' no debían aguardar, si no lo querían, dos o tres meses para conocer el desenlace de las tramas de sus protagonistas. Tenían en su poder las historias completas y, por tanto, la decisión de cómo racionarlas. Este modelo fue emulado por otras plataformas como Amazon o, en España, Movistar.

Solo HBO se resistió a esta fórmula y persistió en la idea de la emisión gradual. En el último año este empeño se antojaba anticuado y, de hecho, enfurecía a más de un abonado que no entendía por qué no podía acceder a la serie al completo cuando quisiera. Hasta que llegó la temporada final de 'Juego de Tronos'. Y los fans celebramos cada episodio con algarabía y frenesí. El tiempo de espera entre entregas, lejos de provocar enfados, fue aprovechado para propiciar debates, formular hipótesis y discutir sobre lo ya acontecido. La experiencia seriéfila aumentaba y se volvía colectiva. Y desde entonces abrazamos de nuevo aquellas producciones que se presentan a la antigua usanza. Hemos aguardado con agrado cada martes para ver los últimos de 'Chernobyl' o de 'Gentleman Jack'. Y ahora estamos dispuestos a seguir haciéndolo con 'Years and years' o 'Big little lies'. No hay quien nos entienda.

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