Borrar
Urgente El precio de la luz de este miércoles será gratis nueve horas seguidas con la nueva tarifa
josé ibarrola
'Brexit', salvado  el primer knockout

'Brexit', salvado el primer knockout

DANIEL REBOREDO HISTORIADOR Y ANALISTA POLÍTICO

Viernes, 18 de octubre 2019, 07:56

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Después de varias jornadas agotadoras y eternas, la Unión Europea y Reino Unido han llegado a un acuerdo para que los británicos abandonen la UE de forma amistosa y afable, escenificándose de esta manera la salida menos traumática de cuantas se barajaban tras la decisión de éstos de dejar el club europeo. A dos semanas de la fecha límite para evitar una salida sin acuerdo tanto el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que ha recomendado a los líderes de la UE respaldar el nuevo pacto que calificaba como equitativo y justo entre ambas partes, como el primer ministro británico, Boris Johnson, que se congratulaba de haber conseguido un nuevo y gran acuerdo del 'brexit' que les permitía recuperar el control, mostraban su satisfacción. Una alegría no exenta de nerviosismo, aunque el pacto deba ser aprobado mañana en una sesión extraordinaria del Parlamento británico. El bálsamo y desahogo que la firma del acuerdo va a tener en los mercados (recordemos que la libra ha reaccionado con una subida de un 6% frente al dólar y un 5% frente al euro desde mediados de la pasada semana) está todavía en el aire a la espera de ese respaldo.

Johnson intenta transmitir un mensaje de éxito para su país, pero sabe que tiene un serio problema de fondo ya que los representantes del Partido Unionista de Irlanda del Norte (DUP), socios en su Gobierno con diez diputados, han asegurado que tal y como están las cosas no pueden apoyar el acuerdo. Y una de las razones de esta negativa es que entre las muchas concesiones que ha tenido que hacer el premier británico (IVA, tarifas aduaneras, etc.) está la de aceptar que Irlanda del Norte seguirá en el mercado común europeo y que será regulado por la Corte de Justicia Europea. Aunque de esta manera se evitaría una frontera física entre la República de Irlanda y la región de Irlanda del Norte, soslayando la posibilidad de reaparición de la violencia, los unionistas abogaban por la misma regulación que el resto de regiones de Reino Unido. El pacto contempla también que la Asamblea de Irlanda del Norte pueda votar si se mantiene esa salvaguarda para evitar una frontera física en la isla de Irlanda cuatro años después de que haya entrado en vigor, lo cual sucedería una vez concluido el periodo de transición posterior al 'brexit'.

La crisis política en el Reino Unido continúa y los últimos acontecimientos constatan, entre otras muchas cosas, la consolidación de la extrema derecha bajo la batuta del Partido Conservador y del Gobierno. Este proceso se inició con el referéndum sobre la salida del país de la Unión en 2016 y ahora se encamina hacia el crecimiento de un movimiento de masas neofascista muy similar al de otros países europeos y del mundo. Bajo este prisma se visualiza el proyecto de suspensión del Parlamento, aunque fuera derrotado al considerarlo ilegal el Tribunal Supremo británico el pasado 24 de septiembre, y el acoso que a partir de entonces sufre el poder judicial por parte de Johnson y sus adláteres. A pesar de los intentos de éste para utilizarlo a su favor, esa decisión judicial ha sido un duro golpe a sus desastrosos y antidemocráticos planes, a la par que ha exacerbado la división de los poderes fácticos y fortalecido las posiciones de ruptura de la extrema derecha en torno a Johnson y Nigel Farage, lo cual podría aprovechar un Partido Laborista que no sabe muy bien a qué juego jugar o con qué carta quedarse.

El principal efecto de la expresión retórica de esta crisis es el de polarizar un poco más el debate con el intento de unificar al electorado anti Unión en torno a una posición nacionalista reaccionaria, y por eso Johnson se presenta como el hombre del pueblo al servicio del pueblo contra todo el orden institucional endeble y negligente. Y recordemos, asimismo, que el 'brexit' ha hecho emerger la amenaza y posibilidad de confrontaciones territoriales en Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Son numerosos los cambios potenciales ocultados por los apologetas de la separación y las terribles consecuencias del fin del acceso al mercado único europeo.

La confusión que rodea en Reino Unido a todo lo relacionado con el 'brexit' incluye la paradoja de que, curiosamente, es en el momento en el que se dirige hacia la salida de la Unión cuando los responsables políticos británicos descubren la centralidad de la cuestión europea en el propio seno de cada Estado. Y ¿cuál es la razón? Sencillamente que el 'brexit' tiene muchas facetas, pero la más significativa es que tanto los que promovieron la salida como los que deseaban la permanencia recurrieron al miedo como su principal argumento. Miedo a la inmigración, miedo a un supuesto colapso económico, miedo a un desempleo masivo, miedo al falso robo de la UE, etc.

Por eso el 'brexit' y sus secuelas son una marca infamante para el neoliberalismo y quizás una señal sobre el futuro del capitalismo. La respuesta está en las implicaciones de este proceso para el sector financiero, ya que en el drama de esa salida de la Unión Europea las clases desfavorecidas no son las únicas que tienen miedo. La cima del capitalismo financiero también tiene dudas existenciales ya que la incertidumbre no respeta fronteras ni clases sociales. Una parte de la solución pasa por la sesión del Parlamento de mañana, y quizás por los líderes de la Unión el domingo. Si esto se produjera, el Parlamento europeo podría tratar la cuestión la próxima semana. Veremos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios