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Urgente Bertín Osborne y Taburete, entre los artistas de los Conciertos de Viveros 2024

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A las 23 horas y 12 minutos del pasado lunes, el 47,3% de los españoles que estaban sentados en ese momento ante la pantalla del televisor estaban viendo la final de 'Operación Triunfo'. En términos absolutos no es tanto, 4.729.000 telespectadores. No es tanto si lo comparamos con los lejanos tiempos del monopolio de Televisión Española y aquellos míticos programas -como el 'Un, dos, tres'- que congregaban a más de 20 millones de seres humanos ante un mismo contenido de ocio, que al día siguiente constituía el argumento único de conversaciones en colegios y centros de trabajo. Puestos a elegir, uno prefiere mil veces que el público se decante por este entretenimiento musical a que lo haga por otro tipo de espectáculos o 'realities', incluso por algunos presuntos debates políticos o deportivos que lejos de ayudar a incrementar el nivel intelectual de los ciudadanos sólo sirven para fomentar su radicalismo, pero tampoco conviene engañarse respecto a lo que es y representa 'Operación Triunfo', un producto, por así decirlo, muy de nuestro tiempo, y con eso lo digo todo.

Al día siguiente, el martes, la Generalitat hizo públicos los datos del Barómetro, la encuesta que encarga el Ejecutivo autonómico para saber el estado de opinión de los valencianos, un instrumento más, y un gasto seguramente innecesario, al servicio del poder. Aparte de constatar lo que no hacía falta ningún Barómetro para que lo intuyéramos -es decir, que las preocupaciones de los ciudadanos (listas de espera en los hospitales, coste de las tasas universitarias...) no tienen nada que ver con las prioridades que tienen marcadas en sus agendas los políticos del tripartito (reversión de los hospitales, imposición del valenciano en los colegios...)-, la encuesta aportaba un dato demoledor: sólo el 17,8% de los encuestados acertaba al contestar qué partidos integran el Gobierno valenciano (PSPV y Compromís); el resto variaban entre meter también a Podemos (que respalda el pacto pero no forma parte del Ejecutivo), a otros partidos (¿cuáles?), creer que sólo los socialistas gestionan la Administración, pensar incluso que es el PP el que sigue al frente... No hablamos ya de nombres en las consellerias sino simplemente de saber designar a los dos partidos que gobiernan en coalición, algo que cualquier valenciano medianamente informado -medianamente- sabe decir. Pero para eso, uno tiene que leer periódicos, escuchar en la radio los informativos, interesarse por los asuntos públicos de su territorio, esforzarse por formarse una opinión sólida, fundada. Lo cual tal vez implique ver menos 'Operación Triunfo'. Esta es, en cualquier caso, la cruda realidad, la de una sociedad que conoce vida y milagros de una tal Amaia pero no sabe quién le gobierna.

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