La cita taurina de Hogueras que comenzará el 19 y concluirá el 26 de este mes, hay que reconocerle que se ha revestido de un ... halo artístico de mucho porte, al tiempo que envuelta en un gran sentimiento de alicantinismo. Comenzando por el cartel anunciador, realizado por Luis Francisco Esplá, uno de los personajes, además de ejemplar espada, más ilustrados de la tauromaquia alicantina, y concluyendo con los actos que cerrarán el Año Manzanares, que comenzó justo el día que se cumplían 50 años de aquella alternativa que daría paso a una de las carreras más longevas, y fértiles, de la tauromaquia contemporánea.
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Y en medio un abigarrado programa de promociones y celebraciones en el que predominan toreros de marcado sello artístico o de rabiosa actualidad, con el incentivo añadido de que entre ellos figuran también notables novedades. El doblete del heredero del recordado Josemari, podría interpretarse como un guiño a lo propio, sino fuera porque el hijo ha venido honrando, y de qué manera, el nombre y el arte del padre con extrema fidelidad. De los dos paseíllos de Morante de la Puebla, además de estar justificados por la dimensión de grandioso torero que está dando, por encajar su tauromaquia en los gustos de una afición que ha dado sobradas muestras de tener entre sus preferencias la lidia que emociona cuando es sentida y apasionada.
El elenco formado por los espadas Roca Rey, Ginés Marín, Antonio Ferrera o El Fandi, da paso al capítulo de novedades que lo copan hasta tres espadas. La del reaparecido Alejandro Talavante, que sin haber tenido suerte en Madrid, nadie le puede discutir sus cualidades de figura, y las de Pablo Aguado y Tomás Rufo. El sevillano, por haber recuperado con certera fidelidad ese toreo templado, medido y grácil que hace que parezca fácil la arriesgada práctica de la lidia, y la del toledano, por haber irrumpido con la fuerza, y la prontitud, de los elegidos. Sin remilgos, ¡feria para presumir!
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