LAS AGUAS BAJAN REVUELTAS

Parece ser que a los falleros se les quiere poner a prueba. Entre otras lindezas cabe destacar los subliminales consejos del Consell de la Dona acerca de revisar la imagen de la mujer en el catafalco fallero. Parece que se olvidan (o peor aún, que desconocen) de que la sátira es el leit motiv de la falla en manos del artista y su libertad creadora. A ello se suma la confección de una lista de canciones no machistas para verbenas y otros eventos falleros. Por ahora todo ha quedado en aguas de borrajas, dada la negativa repercusión que ha tenido la propuesta, pero volverán a la carga. A nuestros actuales gobernantes municipales se le ha metido entre ceja y ceja el control de las fallas.

A lo anteriormente expuesto se suman los problemas de situación de los mercadillos que deben cambiar de lugar por normas de seguridad. El fallero no se niega, la seguridad es lo primero, pero estas decisiones se advierten con tiempo suficiente. Todo esto vuelve a poner de manifiesto lo que ya se sabe: que las Fallas se siguen desconociendo por parte de la administración. No hay interés en saber los tiempos, cómo se mueven los plazos y cuando se concretan diversos aspectos del ejercicio.

Al final el fallero se ha hecho ya la composición de lugar. Estamos ante una de las etapas más absurdas, revueltas y polémicas de la historia de la fiesta. Una etapa donde las Fallas, tan patrimoniales, tan de la Humanidad, tan 'verdadero gran evento', son la comidilla de unos y de otros. Y uno de pregunta: ¿Qué se está pretendiendo con este nuevo acoso? ¿Existe algún perverso interés en cargarse la fiesta de las fallas? Porque indicios no faltan.